El Caballero y el Bosque Encantado



Había una vez un valiente caballero llamado Sir Fernando, que vestía una brillante armadura y tenía el corazón lleno de curiosidad. Su mayor sueño era encontrar a una princesa para compartir aventuras y alegrías. Un día, decidió aventurarse en el misterioso bosque encantado que todos mencionaban en los cuentos. Se decía que allí se encontraba una princesa atrapada, custodiada por un dragón amigo del bosque.

"Hoy es el día, encontraré a la princesa y viviré una gran aventura", dijo Sir Fernando mientras ajustaba su yelmo.

Al ingresar al bosque, se dio cuenta de que era un lugar mágico. Árboles altos parecían susurrar secretos, y flores brillantes iluminaban el sendero. Sin embargo, el camino no era fácil. Pronto, se encontró con un pequeño duende llamado Riri, que estaba atrapado en una telaraña.

"¡Ayuda!", gritó Riri. "No puedo salir de aquí"

"No te preocupes, pequeño amigo", respondió Sir Fernando, desenfundando su espada con cuidado. "Voy a ayudarte".

Con un movimiento hábil, el caballero cortó la telaraña y liberó al duende.

"¡Gracias, valiente caballero! `, exclamó Riri, brincando de alegría. "Si me ayudas, puedo mostrarte el camino más seguro a la princesa".

Sir Fernando, agradecido, aceptó la oferta. Mientras avanzaban, Riri le contó historias sobre el bosque y sus habitantes.

"Este es un lugar donde los árboles son sabios y los animales hablan. Pero también hay que tener cuidado con los atajos, algunos pueden llevarte a trampas".

De pronto, escucharon el llanto de alguien a lo lejos. Decidieron investigar y encontraron a una hermosa cierva llorando por su pequeño, que se había perdido en el bosque. La cierva les explicó que su hijo había seguido una luz brillante y no podía volver.

"No podemos ignorar su llanto", dijo Sir Fernando decidido. "Vamos a ayudarla antes de seguir a la princesa".

Riri, aunque un poco reticente, asintió. Juntos, buscaron por todas partes hasta que encontraron al pequeño ciervo atrapado en un arbusto espinoso. Con cuidado, Sir Fernando desmenuzó las ramas y liberó al animal.

"¡Gracias!", dijo la cierva con gratitud. "Si no hubieran venido, mi pequeño jamás habría podido volver a casa".

Después de felices despedidas, Sir Fernando y Riri continuaron su camino. Pronto llegaron a un claro, donde un enorme dragón de escamas brillantes custodiaba una torre.

"¿Quién osa acercarse a mi torre?", rugió el dragón, pero no con maldad, sino como un aviso.

"Soy Sir Fernando, y he venido a rescatar a la princesa", respondió el caballero con valentía.

"¿Y quién te dice que la princesa necesita ser rescatada? Este es su hogar, y ella es feliz aquí", replicó el dragón.

El caballero se quedó en silencio, reflexionando. Riri susurró a su oído:

"A veces, las cosas no son como parecen. Tal vez la princesa no quiere salir, incluso si está aquí".

Así fue como decidieron preguntar a la princesa. Sir Fernando subió a la torre y encontró a la princesa Elena, quien estaba pintando un hermoso mural.

"¡Oh, visitante!", exclamó ella. "No estoy prisionera, el dragón es mi amigo. Aquí puedo crear y ser feliz".

"Pero... ¿no quieres salir de aquí?", preguntó Sir Fernando.

"No quiero salir porque este es mi lugar especial. La libertad no significa solo caminar en un sendero. También significa ser feliz donde uno elige estar".

El caballero se dio cuenta de que a veces la salvación no era lo que uno creía. Conversaron, rieron, y pronto, una hermosa amistad se forjó entre ellos.

Al final del día, Sir Fernando decidió que su búsqueda no había sido en vano. No solo ayudó a un duende y una cierva, sino que también aprendió sobre la verdadera libertad y la felicidad.

"Quizás, en lugar de buscar una princesa, deba buscar alegría y aventura donde menos lo espero", pensó mientras se despedía.

Riri se despidió también:

"¡Volvé pronto, amigo! Siempre serás bienvenido en nuestro bosque".

Y así, el caballero partió, con una nueva visión del mundo, sabiendo que cada aventura siempre tiene lecciones valiosas, solo hay que estar dispuesto a aprenderlas.

Y así terminó la jornada de Sir Fernando, el caballero que dejó el bosque encantado más sabio y feliz que nunca.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!