El caballo solidario


Había una vez un pequeño caballo llamado Criollo que vivía en una hermosa isla caribeña llena de palmeras. Criollo era un caballo muy feliz, siempre jugaba con sus amigos en el campo y comía la hierba fresca del prado.

Un día, mientras estaba pastando, Criollo escuchó un ruido extraño proveniente del otro lado de la isla. Decidió ir a investigar qué era ese ruido y descubrió que había un grupo de animales abandonados sin hogar ni comida.

Criollo se sintió muy triste al verlos así y decidió ayudarlos. Entonces, corrió hacia su casa para buscar a sus amigos y juntos comenzaron a recolectar alimentos para los animales abandonados.

"¡Chicos! ¡Tenemos que ayudar a esos pobres animalitos!", exclamó Criollo emocionado. "Pero ¿cómo podemos hacerlo?", preguntaron sus amigos preocupados. "Vamos a recolectar todas las frutas y verduras que podamos encontrar en la isla", respondió Criollo con determinación.

Así fue como los amigos de Criollo trabajaron arduamente durante todo el día recolectando alimentos para los animales abandonados. Al final del día, lograron reunir suficiente comida para alimentarlos por varios días.

Cuando regresaron al lugar donde estaban los animales abandonados, se encontraron con una sorpresa: Los animales habían organizado su propio refugio utilizando hojas y ramas secas. Además, habían encontrado agua fresca en la selva cercana gracias al olfato agudo de uno de ellos.

Los ojos de Criollo brillaban al ver lo felices que estaban los animales gracias a su ayuda. Desde ese día, Criollo y sus amigos visitaron regularmente a los animales abandonados para asegurarse de que tuvieran suficiente comida y agua.

La historia de Criollo se convirtió en un ejemplo para todos los animales de la isla, quienes aprendieron la importancia de ayudar a aquellos que lo necesitan. Y así, gracias al corazón bondadoso de Criollo, la isla caribeña se convirtió en un lugar más amable y solidario. .

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