El Caballo y sus Hijos en el Lago
Era un atardecer hermoso en el campo, con el sol despidiéndose en el horizonte, pintando el cielo de tonos anaranjados y dorados. A orillas de un lago sereno, un caballo llamado Estrella jugaba con sus dos crías, Nube y Trueno. Los tres chapoteaban y se reían en el agua, disfrutando de la frescura tras un día caluroso.
"¡Mira mamá, puedo nadar!" - exclamó Nube, dando un salto en el agua.
"Yo puedo saltar más alto que vos, Nube!" - dijo Trueno, mientras se esforzaba por levantarse en sus patas traseras.
Estrella sonreía al ver a sus pequeños jugar, pero también les quería enseñar la importancia de cuidar su entorno.
"Chicos, ¿saben lo importante que es mantener limpio este lago?" - preguntó Estrella, moviendo su cola suavemente.
"Sí, mamá. Pero, ¿por qué?" - preguntó Nube, mientras se hundía y aparecía en la superficie.
"Porque este lugar no solo es nuestro hogar, sino que también es el hogar de muchos otros animales que dependen del agua limpia para vivir. Si tiramos basura, puede hacerles daño y a nosotros también."
Nube y Trueno miraron alrededor del lago, y notaron algunos papeles y plásticos flotando en el agua. Con un suspiro, Estrella decidió que era hora de hacer algo al respecto.
"Vamos a limpiar el lago juntos, ¿qué dicen?" - propuso Estrella, moviendo su cabeza con entusiasmo.
"¡Sí, sí!" - gritaron al unísono sus hijos.
Así, comenzaron a recoger la basura. Estrella utilizaba su hocico para sacar los objetos del agua, mientras que los pequeños iban detrás de ella, tratando de imitarla. Se reían entre sí, pero también estaban enfocados en su tarea.
Mientras limpiaban, conocieron a otros animales del lugar que también se unieron a su esfuerzo. Un pato llamado Pancho había llegado volando.
"¿Qué están haciendo, amigos?" - preguntó Pancho, aterrizando cerca de ellos.
"Estamos limpiando el lago para que todos podamos vivir en un lugar sano y feliz. ¿Te gustaría ayudarnos?" - respondió Estrella.
"¡Por supuesto!" - dijo Pancho emocionado. "Así podremos nadar sin preocupaciones. Voy a pedirle a los demás patos que vengan también!"
Pancho voló hacia otros lados, y pronto varios patos y hasta unos conejitos se unieron a la causa. Juntos, llenaron varios sacos de basura. Al finalizar, el lago lucía espectacular.
"¡Miren qué bello quedó!" - gritó Trueno mientras saltaba de felicidad al ver el agua clara y reluciente.
"¡Es como un espejo!" - comentó Nube, admirando su reflejo en el agua.
Estrella sonrió al ver el trabajo en equipo que habían realizado y cómo lograron que su hogar estuviera más lindo. Hay algo que les había quedado claro: cuidar el medio ambiente es una tarea que se realiza mejor cuando trabajamos juntos.
"Estoy muy orgullosa de ustedes, chicos. Recuerden siempre que un pequeño gesto puede hacer una gran diferencia. Cuida, respeta y ama la naturaleza, y ella también te lo devolverá."
Los tres, junto con sus nuevos amigos, decidieron celebrar su logro con un divertido chapoteo en el lago, salpicando agua por todas partes.
Desde ese día, Estrella, Nube y Trueno no solo jugaron felices en el lago, sino que siempre se aseguraron de mantenerlo limpio. Y cuando veían a otros animalitos jugar, les recordaban que mantener el lago limpio era parte de cuidar su hogar.
Así, un simple atardecer se convirtió en el inicio de una hermosa aventura de amor por la naturaleza, donde cada día era una nueva oportunidad para aprender y crecer juntos.
FIN.