El cachorro de colores mágicos
*Imagen 1* *Página 1* Texto: Había una vez una niña llamada Sofía que adoraba los animales. Un día, mientras paseaba cerca del parque, encontró un cachorro negro temblando bajo un banco. Parecía perdido y asustado. Sofía lo tomó en sus brazos.
"¿Dónde estás, pequeño? No tengas miedo, yo te cuidaré", le dijo Sofía mientras le acariciaba la cabecita.
El cachorro movió la cola, aunque seguía temblando. Sofía decidió llevarlo a su casa. Cuando llegaron, su madre estaba en la cocina.
"Mamá, ¡mira lo que encontré! Es un cachorrito. ¿Podemos quedárnoslo?"
"¿Es demasiado pronto, Sofía? Tal vez deberíamos buscar a su dueño primero", respondió la madre con una sonrisa.
Sofía asintió, pero mientras pensaba en ello, notó que el cachorro tenía un brillo especial en su piel. De repente, el cachorro estiró sus patas y comenzó a girar en círculos, y, para sorpresa de Sofía, ¡empezó a cambiar de color! Primero era azul, luego verde, y después amarillo. Sofía se quedó boquiabierta.
"¡Mirá, mamá! ¡Es un cachorro mágico!"
"Increíble... Nunca había visto algo así", dijo su mamá.
Esa noche, Sofía no podía dejar de pensar en el cachorro. En sus sueños, lo veía volar por el cielo y jugar entre nubes multicolores.
*Imagen 2* *Página 2* Al día siguiente, Sofía decidió llamar al cachorro "Arcoíris". Juntos, salieron a explorar el parque. Sofía descubrió que siempre que Arcoíris estaba feliz, su color cambiaba. Pero si se sentía triste, se volvía gris.
"Vamos a jugar, Arcoíris. ¡Sonríe!"
"¡Guau!", respondió el cachorro mientras saltaba.
Un grupo de niños se acercó a ellas mientras jugaban.
"¿Qué lindo perro!" dijo una niña.
"¿Por qué cambia de color?" preguntó otro niño.
"Es mágico, les dijo Sofía. ¡Cada color representa lo feliz que se siente!"
"¿Podemos jugar también?" preguntó un niño.
Sofía asintió y todos comenzaron a jugar. Una competencia de saltos fue lo más divertido, y Arcoíris se llenó de colores vibrantes. Sofía sintió que no solo Arcoíris era especial, sino también el tiempo que pasaban con los demás.
*Imagen 3* *Página 3* Mientras jugaban, de repente, un niño se cayó y se puso a llorar.
"¡Oh no!" dijo Sofía. Fue corriendo hacia él.
"¿Estás bien?"
"Me duele la rodilla", sollozó el niño.
Sofía miró a Arcoíris, que se había puesto gris. Entonces se le ocurrió una idea.
"Arcoíris, ¿puedes ayudarlo?"
"¡Guau!" ladró el cachorro, acercándose al niño.
A medida que se acercaba, Arcoíris comenzó a cambiar de color. Primero un azul brillante, luego un verde suave. El niño dejó de llorar y sonrió.
"¡Mira, es el mejor perro del mundo!"
"¡Él te quiere ayudar!" dijo Sofía.
Arcoíris tocó la rodilla del niño con su pata, y en ese instante, el color gris desapareció. El niño se sintió mejor y se levantó, corriendo de nuevo.
"¡Gracias, Sofía!" gritó el niño, feliz.
"¡Gracias, Arcoíris!" celebró Sofía.
*Imagen 4* *Página 4* Después de eso, Sofía comprendió que Arcoíris no solo era su amigo, sino también un amigo para todos. Él podía ayudar a los demás a sentirse bien. Sofia decidió aprender más sobre los animales y cómo cuidar de ellos, inspirada por el amor y la magia de su cachorro.
"Arcoíris, juntos ayudaremos a otros animales y a los niños también", prometió Sofía.
"¡Guau!" respondió el cachorro, llenando el parque de colores brillantes.
Desde ese día, Sofía y Arcoíris no solo compartieron su amistad, sino que también se convirtieron en héroes en el parque, ayudando a todos con su magia especial.
*Imagen 5* *Página 5* Y así, cada vez que un niño se sentía triste, solo necesitaba mirar a Arcoíris sonreír para recordar que siempre hay algo especial en la amistad y la magia que todos llevamos dentro.
"¡Gracias por ser mi mejor amigo!" dijo Sofía, abrazando a su mágico cachorro.
"¡Guau!" respondió Arcoíris, lleno de colores y amor.
Y colorín Colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.