El cachorro de Tomás


Había una vez un niño llamado Tomás que soñaba con tener un perro. Él veía a sus amigos jugar y pasear con sus mascotas, pero él no tenía ninguna.

Un día, mientras caminaba por el parque, encontró un pequeño cachorro abandonado. El corazón de Tomás se llenó de alegría al verlo y decidió adoptarlo. - ¡Mamá! ¡Papá! ¡Encontré un perro! - exclamó Tomás emocionado. - ¿Un perro? - dijo su mamá sorprendida.

- Sí, miren lo lindo que es - respondió Tomás mostrándoles al cachorro. Después de discutirlo en familia, decidieron quedarse con el cachorro y llevarlo a casa. Le pusieron de nombre —"Toby"  y desde ese momento se convirtió en el mejor amigo de Tomás.

Los primeros días fueron difíciles ya que Toby era muy travieso y hacía travesuras en toda la casa. Pero poco a poco fue aprendiendo las reglas del hogar gracias a la paciencia y amor de su nueva familia.

Un día, mientras jugaban en el parque, Toby comenzó a correr detrás de una mariposa sin darse cuenta del peligro que había cerca. De repente, apareció un auto que estaba por atropellarlo cuando Tomás lo salvó rápidamente tomándolo en brazos.

- ¡Toby! ¡Casi te atropellan! - exclamó preocupado Tomás mientras acariciaba a su perro. Desde ese día, Toby empezó a entender que debía prestar atención cuando estuviera fuera del hogar para evitar accidentes peligrosos.

Pero la aventura no había terminado aún. Un día, mientras Tomás y Toby paseaban por el parque, vieron a un niño llorando porque había perdido su pelota en el lago del parque. - ¿Qué pasa? - preguntó Tomás al niño triste.

- Perdí mi pelota en el lago y no puedo sacarla - respondió el niño con lágrimas en los ojos. Tomás pensó rápidamente en una solución para ayudarlo y se dio cuenta de que Toby podía ser útil.

Así que le dijo:- ¡Toby! ¡Ve a buscar la pelota! Toby entendió perfectamente lo que debía hacer y fue nadando hasta donde estaba la pelota. La tomó con cuidado entre sus dientes y regresó con ella hacia la orilla del lago.

El niño estaba muy feliz al recuperar su pelota gracias a la ayuda de Toby. Desde entonces, Tomás comprendió que tener un perro no solo significaba tener un amigo fiel, sino también aprender sobre responsabilidad, seguridad y generosidad.

Y así vivieron felices junto a Toby por muchos años más. Fin

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