El cachorro perdido de Isidro



Isidro estaba emocionado por su paseo a caballo en el campo con sus papás. Era un día soleado y perfecto para disfrutar del aire fresco y la naturaleza.

- Papá, ¿puedo galopar un poco más rápido? - preguntó Isidro mientras sujetaba las riendas de su caballo. - Claro que sí, hijo. Pero recuerda mantener el control y no alejarte demasiado - respondió su papá con una sonrisa.

Isidro aceleró su caballo y sintió la brisa en su rostro mientras miraba alrededor. De repente, escuchó un ruido extraño detrás de él y se dio vuelta para ver qué era. - ¡Papá! ¡Mamá! Hay algo ahí atrás - gritó Isidro señalando hacia un grupo de arbustos cercanos.

Sus papás se acercaron rápidamente para investigar lo que estaba pasando. Cuando llegaron allí, encontraron a un pequeño cachorro perdido y asustado escondido entre los arbustos. - Pobrecito, parece que se ha perdido.

Tenemos que encontrar a sus dueños o llevarlo a algún lugar seguro - dijo la mamá de Isidro mientras acariciaba al cachorro. Isidro estaba encantado con el nuevo amigo animal que había encontrado. Decidió llamarlo —"Pelusa"  por su pelaje blanco y esponjoso.

Juntos, hicieron una búsqueda por los campos vecinos para tratar de encontrar al dueño del cachorro sin éxito alguno. Entonces decidieron llevarlo a casa hasta poder encontrar una solución adecuada. En casa, Pelusa recibió mucho amor y atención de Isidro y su familia.

Pero pronto se dieron cuenta de que no podían quedarse con él para siempre. - ¿Qué vamos a hacer con Pelusa? No podemos tener un perro en casa - dijo el papá de Isidro.

- Tal vez podríamos llevarlo a un refugio o tratar de encontrarle una nueva familia amorosa - sugirió la mamá de Isidro. Isidro se sintió triste al pensar que tendría que despedirse de su nuevo amigo, pero sabía que era lo mejor para Pelusa.

Decidió ayudar en la búsqueda del hogar perfecto para él. Juntos, buscaron anuncios en línea y preguntaron a sus amigos si alguien estaba interesado en adoptar a un cachorro cariñoso como Pelusa.

Finalmente, encontraron una pareja encantadora que tenía un gran jardín donde Pelusa podría jugar libremente. Isidro estaba feliz por haber ayudado a encontrar el hogar perfecto para Pelusa y aprendió una valiosa lección sobre la importancia de cuidar y proteger a los animales necesitados.

Desde ese día, cada vez que salían al campo, Isidro siempre prestaba atención extra alrededor buscando otros animales necesitados y juntos trabajaban por ayudarlos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!