El cachorro trabajador
Había una vez una familia llamada Minetti que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos verdes y animales salvajes. La familia estaba compuesta por el papá, la mamá y dos niños, Tomás y Sofía.
Un día, mientras Tomás y Sofía estaban jugando en el jardín trasero de su casa, encontraron un cachorro abandonado. Estaba sucio y hambriento, así que decidieron llevarlo adentro para cuidarlo. Lo bañaron, le dieron comida y lo nombraron Max.
Los días pasaron y Max se convirtió en el mejor amigo de los niños. Juntos corrían por los campos verdes y exploraban cada rincón del pueblo. Un día, mientras caminaban cerca del río, encontraron algo brillante entre las rocas.
Era una caja con herramientas escolares dentro. Sofía dijo emocionada: "¡Esto es perfecto! Ahora podemos volver a clases". Pero Tomás no estaba tan seguro: "¿Cómo vamos a pagar los libros? No tenemos dinero extra".
La mamá escuchó la conversación desde la ventana de la cocina e intervino: "No se preocupen chicos, yo tengo una idea". Luego les explicó que podían vender algunos huevos frescos que sus gallinas producían todos los días para ganar algo de dinero extra.
Los niños estuvieron encantados con esta idea y comenzaron su pequeño negocio vendiendo huevos frescos a sus vecinos. Poco a poco fueron ahorrando suficiente dinero para comprar todo lo necesario para ir al colegio.
El primer día de clases fue emocionante para ellos porque pudieron utilizar todas sus nuevas herramientas escolares: lápices, cuadernos, reglas y tijeras. Además, ahora tenían un propósito más grande: estudiar duro para tener éxito en la vida.
Con el tiempo, Tomás y Sofía se convirtieron en los mejores estudiantes de su clase. Y gracias a Max y sus gallinas, aprendieron que cualquier problema puede ser superado si trabajan juntos como una familia.
Y así es como la familia Minetti aprendió que con determinación, trabajo duro y el apoyo de amigos cercanos pueden superar cualquier obstáculo que se les presente.
FIN.