El cactus solidario



En un árido y caluroso desierto, crecía un cactus alto y robusto llamado Carlitos. A pesar de las duras condiciones del desierto, Carlitos siempre se mantuvo fuerte y saludable.

Un día, una sequía extrema azotó la región, poniendo en peligro a las plantas más frágiles que luchaban por sobrevivir. Carlitos, con su corazón solidario, decidió ayudar a sus amigos del desierto. "¡Amigos, no teman!", exclamó Carlitos.

"Llevo agua en mis espinas, puedo compartir con ustedes para que sobrevivan a esta sequía." Con sus espinas cuidadosamente cortadas, Carlitos empezó a liberar gotas de agua para las plantas sedientas. Poco a poco, las plantas comenzaron a revivir, gracias a la generosidad del cactus.

Sin embargo, la sequía se prolongaba y Carlitos empezaba a sentir el agotamiento. A pesar de ello, se mantuvo firme en su compromiso de ayudar a sus amigos.

Llegó un punto en el que Carlitos ya no tenía más agua que ofrecer, sus espinas estaban secas y él mismo comenzaba a marchitarse. Las plantas, conmovidas por el sacrificio de su amigo cactus, se juntaron y con cada gota de humedad que pudieron encontrar, regaron a Carlitos. Con amor y cuidado, lograron salvarlo.

Finalmente, la lluvia llegó, dando nueva vida a todo el desierto. A partir de ese día, todas las plantas aprendieron a ser solidarias entre sí, recordando el ejemplo de generosidad de Carlitos.

Y el cactus, recuperado y feliz, continuó creciendo y floreciendo en compañía de sus amigos.

FIN.

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