El Café de Perrito Chiquito
Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de flores y árboles, un café especial llamado "El Café de Perrito Chiquito". Este café era atendido por un simpático chihuahua color café llamado Lucas. Lucas era muy querido por todos los habitantes del pueblo, ya que siempre estaba dispuesto a ayudar y tenía una gran pasión por preparar las galletitas más ricas.
Un día, mientras Lucas estaba organizando su café, se dio cuenta de que una gran tormenta se aproximaba. Preocupado, pensó: "Si llueve mucho, nadie vendrá a visitar mi café". Pero no se dejó llevar por la tristeza y tomó una decisión: "¡Voy a hacer algo para atraer a mis amigos!"
Lucas decidió organizar un concurso de cocina, invitando a todos los animales del vecindario a que prepararan su mejor plato y lo traigan para compartir. Hizo volantes y los pegó en los árboles del parque, entregó algunos en las casas y con mucho entusiasmo dijo: "¡El sábado será un día especial en el café! ¡No se lo pueden perder!"
A medida que se acercaba el día del concurso, la tormenta seguía acechando el pueblo. El viernes, la lluvia comenzó a caer fuerte y Lucas pensó: "¡Oh no! Creo que mi idea no funcionará!". Sin embargo, recordó que una vez su abuelita le había dicho: "Las tormentas también traen arcoíris si tenemos paciencia".
Entonces decidió no rendirse. "Voy a seguir adelante con el concurso, llueva o no", se dijo a sí mismo. Aquel sábado, mientras la tormenta seguía lloviendo, Lucas preparó su café, cocinó galletitas de vainilla y decoró el lugar con globos de colores. Cuando llegó la hora, su corazón latía rápido, pero no mucha gente apareció.
Sin embargo, entre la lluvia, empezaron a llegar los primeros valientes: una tortuga llamada Tita y un gato llamado Félix. "Hola, Lucas, ¡qué linda decoración!", dijo Tita emocionada. "Hola, me alegra que hayan venido", contestó Lucas con una sonrisa.
Poco a poco, más animales comenzaron a unirse al concurso. Al final, a pesar de la tormenta, Lucas tuvo un café lleno de ruidos y risas. Cada uno presentó su plato: Tita trajo un delicioso pastel de algarrobo, Félix preparó un dip de atún, y Lucas, por supuesto, sus galletitas especiales.
Al final del concurso, Lucas exclamó: "¡Gracias a todos por venir! Lo más importante no es quién ganó, sino que todos compartimos un momento juntos! La amistad es más dulce que cualquier galletita". Todos aplaudieron y celebraron la unión que habían logrado a pesar de la lluvia.
Cuando la tormenta terminó, apareció un hermoso arcoíris en el cielo. "Miren, ¡es el arcoíris que prometía la abuelita!", señaló Lucas, mientras todos levantaban la vista al cielo.
Con el tiempo, El Café de Perrito Chiquito se volvió aún más famoso. Los animales del pueblo recordaban la importancia de la amistad y la perseverancia, y cada vez que había una tormenta, sabían que era momento de reunirse, porque siempre, después de la lluvia, los colores resplandecían en el cielo.
Y así, Lucas, el chihuahua café, demostró que tener un corazón solidario y la valentía para seguir adelante puede convertir cualquier situación difícil en una hermosa oportunidad para juntos disfrutar de la vida.
FIN.