El Camaleón Valiente



Había una vez en la selva un camaleón llamado Coloresito, que era muy diferente a los demás camaleones. Mientras que todos sus amigos camuflaban su piel para mimetizarse con el entorno, él no podía cambiar de color.

Esto lo hacía sentirse triste y excluido, ya que pensaba que no encajaba en su grupo. Un día, mientras paseaba por la selva, se encontró con una mariposa muy colorida llamada Alitas.

Ella notó la tristeza de Coloresito y decidió acercarse a hablar con él. "Hola, ¿por qué estás tan triste?" -preguntó Alitas con voz dulce. Coloresito suspiró y contestó: "Soy diferente a los demás camaleones. No puedo cambiar de color como ellos, me siento fuera de lugar.

"Alitas sonrió y le dijo: "Ser diferente es algo especial. En vez de verlo como algo malo, deberías aprovecharlo como una fortaleza. "Coloresito quedó pensativo ante las palabras de Alitas.

Nunca antes había considerado su singularidad como algo positivo. "¿Cómo podría ser una fortaleza el no poder cambiar de color?" -preguntó intrigado. "Imagínate que tu singularidad te hace más valioso porque puedes destacarte entre todos los demás camaleones.

Además, podrías usar tu habilidad única para ayudar a otros animales en la selva. " -explicó Alitas con entusiasmo. Coloresito sintió cómo su corazón se llenaba de esperanza al escuchar las palabras de Alitas.

Decidió seguir su consejo y buscar la forma de utilizar su diferencia para hacer el bien. Un día, mientras exploraba la selva, vio a un grupo de monos traviesos asustando a unos pájaros pequeños. Sin dudarlo, Coloresito se acercó reptando lentamente hacia ellos sin cambiar de color.

Los monos se sorprendieron al verlo acercarse sin camuflarse y huyeron asustados. Los pájaros quedaron impresionados por la valentía de Coloresito y le agradecieron por salvarlos del peligro.

A partir de ese día, Coloresito se convirtió en el héroe no solo de los pájaros sino también de muchos otros animales en la selva. Poco a poco, Coloresito entendió que su diferencia era lo que lo hacía único y especial. Aprendió a aceptarse tal como era y a valorar sus propias cualidades.

Desde entonces, cada vez que veía su reflejo en un charco o en alguna hoja brillante recordaba las palabras sabias de Alitas: "Ser diferente es algo especial.

"Y así fue como Coloresito descubrió que no tenía que ser igual a los demás para ser feliz; simplemente debía aceptarse tal como era y brillar con luz propia en medio de la selva.

FIN.

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