El cambio de Bartolito
Había una vez en el bosque encantado un búo llamado Bartolito. A simple vista, parecía ser un búho normal y corriente, pero en realidad, tenía malas intenciones.
Vivía en lo más alto de un árbol gigante y siempre estaba tramando planes para molestar a los demás animales del bosque. Un día, Bartolito decidió formar una pandilla con otros tres animales: el elefante Ernesto, el mono Marcelo y el oso Benjamín. Juntos, causaban estragos por todo el bosque.
Se robaban las nueces de las ardillas, asustaban a los conejos y dejaban huellas falsas para confundir a los mapaches. Los demás animales del bosque estaban cansados de sus travesuras y decidieron hacer algo al respecto.
La liebre Luisa se acercó al grupo de amigos del búo y les dijo:- ¡Bartolito, Ernesto, Marcelo y Benjamín! Han llegado rumores sobre todas las cosas malas que han estado haciendo últimamente.
¿No creen que sería mejor utilizar su energía en algo positivo? El elefante Ernesto miró a sus amigos con duda mientras rascaba su enorme cabeza. - Buen punto - dijo Marcelo el mono-. Tal vez podríamos usar nuestras habilidades para ayudar a los demás en lugar de lastimarlos.
El oso Benjamín asintió lentamente con la cabeza. - Tienes razón - admitió Bartolito-. Hemos estado actuando como verdaderos matones del bosque. Es hora de cambiar eso.
Decididos a rectificar sus acciones pasadas, los amigos del búo comenzaron a pensar en cómo podrían hacer algo bueno por los demás animales. Fue entonces cuando se les ocurrió una idea brillante. - ¡Vamos a organizar un gran festival! - exclamó Ernesto el elefante-.
Será un día lleno de juegos, música y comida para todos los habitantes del bosque. Los animales del bosque escucharon sobre el cambio de actitud de la pandilla y decidieron darles una oportunidad. Juntos, trabajaron arduamente para preparar todo para el festival.
Bartolito usó su agudo oído para encontrar la mejor música, Marcelo utilizó sus habilidades acrobáticas para crear divertidos juegos y Benjamín puso su fuerza para construir mesas y sillas. El día del festival llegó y todos los animales estaban emocionados.
Había risas, alegría y camaradería en cada rincón del bosque encantado. Los amigos del búo se aseguraron de que nadie se quedara sin bailar, jugar o disfrutar de las deliciosas frutas que habían recolectado.
Al finalizar el festival, Bartolito reunió a sus amigos cerca de un hermoso lago y les dijo:- Chicos, hoy hemos aprendido una valiosa lección: es mucho más gratificante hacer cosas buenas por los demás que causar problemas.
Gracias a todos ustedes por ayudarme a cambiar mi forma de ser. Ernesto sonrió con cariño mientras acariciaba la cabeza del búho. - No hay nada como ver sonrisas en los rostros de nuestros amigos -dijo-. Estoy orgulloso de ti, Bartolito.
Marcelo y Benjamín asintieron en acuerdo y se abrazaron en un gesto de amistad sincera. Desde aquel día, Bartolito y sus amigos se convirtieron en los defensores del bosque encantado.
Juntos, ayudaron a los animales que necesitaban apoyo, protegieron el medio ambiente y promovieron la paz entre todos. Y así, con su cambio de corazón, el búo malvado se convirtió en un héroe inesperado.
La historia de Bartolito nos enseña que siempre es posible cambiar para mejor y que incluso las personas más malas pueden encontrar la bondad dentro de sí mismas si se les da una oportunidad.
FIN.