El Cambio de Benjamín



Había una vez un rey y una reina que tenían doce hijos. Eran los príncipes y princesas más adorables de todo el reino. Sin embargo, la hija menor del rey y la reina, llamada Benjamín, era muy malvada.

Desde pequeña, siempre buscaba hacer travesuras y causar problemas a sus hermanos. Un día, mientras los doce hermanos estaban jugando en el jardín del castillo, Benjamín ideó un plan para molestarlos aún más.

Se acercó sigilosamente a su madre y le pidió permiso para organizar una fiesta en honor a todos sus hermanos. La reina aceptó sin sospechar nada. La malvada Benjamín invitó a todos los niños del pueblo al castillo sin que sus hermanos lo supieran.

Cuando llegaron los invitados, ella les dio instrucciones para jugar juegos peligrosos e incitar peleas entre ellos. Los doce hermanos se dieron cuenta de que algo no estaba bien cuando escucharon risas maliciosas provenientes del salón de fiestas.

Corrieron rápidamente hacia allí y descubrieron la maldad de su hermana menor. - ¡Benjamín! ¿Qué estás haciendo? - exclamó el príncipe mayor. - Jajaja ¡Es divertido ver cómo pelean! - respondió ella con una sonrisa diabólica en su rostro.

Los doce hermanos sabían que debían hacer algo para detener las travesuras de Benjamín antes de que alguien resultara lastimado. Entonces decidieron hablar con sus padres sobre lo ocurrido.

- Papá, mamá, Benjamín está causando problemas y poniendo en peligro a los demás. Necesitamos hacer algo para detenerla - dijo el príncipe mayor con seriedad. El rey y la reina escucharon atentamente a sus hijos y se dieron cuenta de que era hora de tomar medidas drásticas.

Convocaron una reunión familiar en la sala del trono. - Hijos míos, sabemos que Benjamín ha estado comportándose mal. Pero en lugar de castigarla, creemos que es importante enseñarle el valor del respeto y la responsabilidad - explicó el rey.

Los doce hermanos asintieron con aprobación y comenzaron a idear un plan para ayudar a su hermana menor a cambiar su actitud.

Decidieron asignarle tareas diarias para que aprendiera sobre el trabajo en equipo y la importancia de cuidar de los demás. Cada uno de los hermanos le enseñaría una habilidad diferente: desde cocinar hasta coser o cuidar el jardín real. Poco a poco, Benjamín fue descubriendo lo gratificante que era hacer cosas por los demás.

A medida que pasaba más tiempo con sus hermanos, comenzó a comprender la importancia del amor fraternal y cómo sus acciones podían afectarlos negativamente.

Un día, mientras todos estaban compartiendo un picnic en el jardín del castillo, Benjamín se acercó tímidamente al príncipe mayor y le entregó un regalo hecho por ella misma. - Hermano mayor, quiero pedirte disculpas por todas las travesuras que hice antes. Ahora entiendo lo mal que me portaba y quiero cambiar - dijo Benjamín con sinceridad.

El príncipe mayor sonrió y abrazó a su hermana menor. - Estoy orgulloso de ti, Benjamín. Todos cometemos errores, pero lo importante es aprender de ellos y hacer las cosas bien.

Te perdonamos y te queremos mucho - le respondió. Desde ese día, Benjamín se convirtió en una hermana cariñosa y atenta. Aprendió el verdadero valor de la familia y cómo sus acciones podían afectar a los demás.

Los doce hermanos vivieron felices en el castillo, fortaleciendo su amor fraternal día tras día. Y así, la malvada Benjamín se transformó en una persona mejor gracias al amor y la paciencia de sus hermanos.

FIN.

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