El cambio de Comportó



Había una vez en un bosque encantado, un conejito llamado Comportó. Comportó era conocido por ser muy travieso y desobediente.

Siempre se metía en problemas y no escuchaba las indicaciones de sus padres ni de los demás animales del bosque. Un día, mientras jugaba cerca de un río, Comportó vio a una ardilla tratando de cruzar al otro lado. La corriente era fuerte y la ardilla parecía asustada.

Todos los animales del bosque estaban preocupados, pero ninguno sabía cómo ayudarla. Comportó, sin pensarlo dos veces, se ofreció a ayudar a la ardilla. "-¡No te preocupes! ¡Yo te llevaré sano y salvo al otro lado!", exclamó con valentía.

La ardilla, sorprendida por la actitud de Comportó, aceptó su ayuda. Con cuidado y determinación, el conejito logró cruzar el río con la ardilla en su espalda. Todos los animales del bosque aplaudieron emocionados al ver la valentía y solidaridad de Comportó.

Desde ese día, Comportó empezó a cambiar su actitud. Se volvió más atento, amable y dispuesto a ayudar a los demás. Aprendió que ser bueno y colaborador traía mucha alegría no solo a él mismo sino también a quienes lo rodeaban.

Poco tiempo después, una tormenta azotó el bosque dejando árboles caídos por todas partes. Los animales estaban desesperados sin saber cómo limpiar el desastre. Entonces, Comportó recordó lo importante que era ayudarse mutuamente en momentos difíciles.

Convocó a todos los habitantes del bosque y juntos trabajaron arduamente para limpiar el lugar. Al final del día, el bosque lucía mejor que nunca gracias al esfuerzo conjunto de todos.

Los animales celebraron con una gran fiesta para festejar su unión y solidaridad. Desde ese momento, Comportó se convirtió en un ejemplo para todos en el bosque.

Su cambio de actitud inspiró a otros a ser mejores personas y a trabajar juntos para hacer del mundo un lugar más amable y feliz para vivir. Y así, gracias al valor y generosidad de Comportó, el bosque encantado se transformó en un hogar donde reinaba la armonía y la solidaridad entre todos sus habitantes.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!