El cambio de corazón de Yedra y Lidia
Había una vez en el CEIA (Centro de Educación e Investigación Avanzada), dos chicas llamadas Yedra y Lidia. Eran conocidas por ser las villanas más perversas del lugar, siempre buscando hacer travesuras y causar problemas a los demás estudiantes.
Un día, cansadas de su vida llena de maldades, decidieron que era momento de cambiar su actitud y convertirse en personas mejores. Querían dejar atrás su pasado oscuro y encontrar la felicidad en la amistad y el amor.
Para lograrlo, se acercaron a sus compañeros de clase para pedirles perdón por todas las malas acciones que habían cometido. Todos se sorprendieron al verlas tan arrepentidas y dispuestas a cambiar.
Los demás estudiantes del CEIA aceptaron la disculpa de Yedra y Lidia, pero aún estaban un poco escépticos sobre si realmente podían confiar en ellas. Entonces, decidieron darles una oportunidad para demostrar que habían cambiado realmente.
Yedra y Lidia comenzaron a participar activamente en actividades escolares como ayudar en la biblioteca o limpiar el patio durante los recreos. Poco a poco, fueron ganándose la confianza de todos con sus acciones positivas.
Un día, mientras caminaban juntas por el parque cerca del CEIA, encontraron un gatito abandonado llorando desconsoladamente. Ambas sintieron mucha empatía por él y no pudieron evitar sentirse identificadas con ese sentimiento de soledad. Decidieron llevar al gatito al veterinario para asegurarse de que estuviera bien.
El doctor les dijo que el gatito necesitaba un hogar amoroso y cuidados. Yedra y Lidia sabían que tenían la oportunidad de cambiar sus vidas para siempre. Sin pensarlo dos veces, adoptaron al gatito y lo llamaron —"Pelusa" .
Juntas, se comprometieron a cuidar de él y brindarle todo el amor que merecía. Este acto de bondad demostró a todos que Yedra y Lidia habían cambiado realmente. A medida que pasaba el tiempo, Yedra y Lidia continuaron ayudando a los demás estudiantes en el CEIA.
Se convirtieron en líderes positivas dentro del colegio, promoviendo la amistad y la solidaridad entre todos. El día de la graduación llegó, y Yedra y Lidia recibieron reconocimientos por su cambio positivo.
Todos los estudiantes celebraron sus logros y aplaudieron su transformación. Yedra tomó el micrófono durante su discurso de despedida y dijo: "Quiero agradecerles a todos por darnos una oportunidad para cambiar. Descubrimos que ser malvadas no nos hacía felices, pero ser amables sí.
Nunca es tarde para hacer las cosas bien". Lidia agregó: "Aprendimos que nuestras acciones pueden tener un impacto en los demás, tanto negativo como positivo. Queremos inspirarlos a buscar siempre lo mejor en ustedes mismos".
Desde ese día, Yedra y Lidia se convirtieron en ejemplo de superación para todos aquellos que creían en segundas oportunidades. Su historia fue contada durante años como una lección sobre cómo es posible dejar atrás el pasado oscuro si uno está dispuesto a cambiar realmente.
Y así, las villanas más perversas del CEIA se transformaron en heroínas de la bondad y la amistad.
FIN.