El Cambio de Erick




Valentín era un niño muy amable, respetuoso y empático. Siempre trataba a todos con consideración y buscaba ayudar a quienes lo necesitaban.

Por otro lado, Erick era todo lo contrario, siempre causaba problemas, era irrespetuoso y se comportaba de manera maliciosa. Ambos asistían a la escuela de la Maestra Miel, una mujer amable, paciente y dulce, que siempre veía lo mejor en sus alumnos.

Un día, la Maestra Miel le pidió a Valentín que intentara ser amigo de Erick y lo ayudara a ser mejor persona. Valentín aceptó el desafío y decidió que haría todo lo posible para ayudar a Erick a cambiar. "Hola Erick, ¿quieres jugar conmigo?" le preguntó Valentín.

"¿Para qué? No me interesa jugar contigo, soy mucho mejor que tú en todo", respondió Erick con altanería. A pesar de la respuesta despectiva de Erick, Valentín no se dio por vencido y siguió tratando de ser amable con él todos los días.

Poco a poco, Valentin logró que Erick lo escuchara y comprendiera que no todos sus actos eran correctos. "Erick, entiendo que a veces te sientes mal, pero lastimar a los demás no es la forma de sentirte mejor.

Si necesitas ayuda, siempre estaré aquí para escucharte y apoyarte", dijo Valentín con empatía. Al principio, a Erick le costó aceptar la ayuda de Valentín, pero con el tiempo comprendió que él realmente quería ayudarlo. Valentín le mostró a Erick cómo ser amable, respetuoso y empático.

Erick comenzó a cambiar su actitud y a disculparse con aquellos a quienes había lastimado. La Maestra Miel notó el cambio en Erick y felicitó a Valentín por su paciencia y su capacidad para enseñar a los demás.

Erick finalmente se convirtió en un niño mucho más amable y respetuoso, gracias a la influencia positiva de Valentín.

La amistad entre ambos floreció y la Maestra Miel les enseñó que a veces, solo con un poco de amabilidad y empatía, podemos cambiar el mundo para mejor.

FIN.

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