El Cambio de Félix



En lo más alto de la montaña vivía Rata pelada, un pequeño roedor valiente y audaz. Todos en la aldea lo conocían por su espíritu aventurero y por sus grandes hazañas.

Sin embargo, había un temible enemigo que acechaba a la aldea: el Buldog francés demoníaco Félix. Félix era un perro malvado que siempre estaba causando problemas. Robaba comida de las casas, asustaba a los niños y sembraba el caos por doquier.

La aldea estaba cansada de sus travesuras, pero nadie se atrevía a enfrentarlo. Un día, mientras Rata pelada exploraba una cueva en la montaña, escuchó los lamentos de los aldeanos sobre las maldades de Félix.

Decidió tomar acción y ayudar a su querida comunidad. Rata pelada regresó a la aldea con un plan en mente. Se acercó sigilosamente a cada casa y les pidió a los habitantes que reunieran todo el queso que tuvieran disponible.

El queso sería clave para llevar a cabo su estrategia. Una vez que todos estuvieron listos, Rata pelada se dirigió hacia el terreno baldío donde Félix solía hacer de las suyas. Allí encontró al buldog francés demoníaco disfrutando del último botín robado.

- ¡Hey, Félix! - exclamó Rata pelada con voz firme - ¡Tengo algo mucho mejor que ese botín! Félix levantó una ceja intrigado mientras miraba fijamente al pequeño roedor.

- ¿Qué es tan especial como para superar mi botín? - preguntó Félix con desdén. - ¡Queso! - respondió Rata pelada, mostrándole una rueda de queso deliciosa y apetitosa. Los ojos de Félix se iluminaron al ver el queso.

No pudo resistirse a la tentación y decidió seguir a Rata pelada hacia la montaña, donde supuestamente había más quesos aún más sabrosos. Mientras tanto, los aldeanos aprovecharon la distracción para preparar trampas en el camino hacia lo alto de la montaña.

Colocaron redes y obstáculos que harían caer a Félix sin causarle daño alguno. Cuando Félix llegó al lugar indicado por Rata pelada, cayó en una red justo cuando intentaba alcanzar un pedazo de queso. Los aldeanos salieron de su escondite y rodearon al buldog francés demoníaco.

- ¡Se acabaron tus travesuras, Félix! - exclamó uno de los aldeanos con voz firme. Félix intentó escapar pero se encontraba atrapado en las redes. Fue entonces cuando Rata pelada se acercó a él con valentía y determinación.

- Félix, sé que has hecho muchas cosas malas, pero creo que tienes el potencial para cambiar - dijo Rata pelada con ternura -. Si aprendes a usar tu fuerza para proteger en lugar de perjudicar, podrías convertirte en un verdadero héroe.

Félix miró fijamente a Rata pelada y sintió algo dentro de él. Comprendió que no era demasiado tarde para cambiar y hacer el bien. Decidió aceptar la oferta de Rata pelada y prometió enmendar sus acciones.

Desde aquel día, Félix se convirtió en el perro protector de la aldea. Utilizaba su fuerza para mantener a salvo a los aldeanos y ayudar en todo lo que pudiera.

La aldea volvió a ser un lugar pacífico y feliz, gracias a la valentía y sabiduría de Rata pelada. Y así, niños y niñas, aprendimos que todos podemos cambiar si nos damos cuenta de nuestros errores y trabajamos duro para mejorar.

No importa cuán malas hayan sido nuestras acciones en el pasado, siempre hay una oportunidad para redimirnos y convertirnos en héroes.

FIN.

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