El Cambio de Lucas



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza vivía un ogro llamado Rufus. A pesar de su aspecto aterrador, Rufus en realidad era amable y tenía un gran corazón.

Sin embargo, los habitantes del pueblo le temían y lo evitaban. Un día, llegó al pueblo un niño malo llamado Lucas. Lucas era travieso, desobediente y disfrutaba haciendo travesuras que causaban problemas a los demás. Se burlaba de los más débiles y no mostraba respeto por nadie.

Un día, Lucas decidió jugarle una broma cruel al anciano panadero del pueblo, escondiendo todas sus herramientas de trabajo. El pobre panadero estaba desesperado, sin poder encontrar sus utensilios para hornear el pan que tanto necesitaba el pueblo.

Rufus se enteró de la travesura de Lucas y decidió intervenir. Con pasos pesados pero decididos, se dirigió hacia la casa de Lucas. Al ver al ogro acercarse, Lucas sintió miedo por primera vez en su vida.

"¿Qué quieres de mí?", preguntó Lucas temblando. "Vengo a enseñarte una lección", respondió Rufus con voz grave pero tranquila. Rufus llevó a Lucas hasta la casa del anciano panadero y lo obligó a ayudarlo a buscar las herramientas perdidas.

Durante horas estuvieron buscando juntos en cada rincón del taller. Finalmente, encontraron las herramientas escondidas bajo una pila de sacos de harina.

Lucas se sintió avergonzado por su comportamiento y comenzó a darse cuenta del daño que había causado con sus travesuras egoístas. A partir de ese momento, decidió cambiar su actitud y empezar a ser amable con los demás.

Los habitantes del pueblo notaron el cambio en Lucas y le dieron una segunda oportunidad para demostrar que podía ser mejor persona. Con el tiempo, Lucas se convirtió en uno de los niños más queridos de Villa Esperanza, ayudando siempre que podía a quienes lo necesitaban.

Rufus sonreía desde lejos al ver la transformación de Lucas y sabía que había hecho lo correcto al darle una oportunidad para redimirse.

Desde entonces, el ogro Rufus se convirtió en amigo del pequeño travieso y juntos enseñaron al pueblo que todos merecemos segundas oportunidades si estamos dispuestos a cambiar y aprender de nuestros errores. Y colorín colorado este cuento infantil ha terminado.

FIN.

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