El cambio de Malvina


Había una vez un fantasma amigable llamado Ciro, que vivía en un viejo castillo encantado. A pesar de ser transparente y asustar a la gente, Ciro siempre había sido un espíritu bondadoso y divertido.

Un día, mientras Ciro estaba paseando por el bosque cercano al castillo, se encontró con una bruja egoísta llamada Malvina. Malvina era conocida por su mal genio y su falta de consideración hacia los demás. Siempre buscaba obtener beneficios solo para ella misma.

Ciro decidió acercarse a Malvina para tratar de hacerla cambiar su forma de ser. "-Hola, Malvina. ¿Sabías que ser amable con los demás puede hacer que te sientas mucho mejor?", dijo Ciro con voz amistosa.

Malvina miró a Ciro con desdén y respondió: "-No necesito ningún consejo tonto de un simple fantasma como tú". Sin embargo, Ciro no se dio por vencido tan fácilmente.

Sabía que tenía que encontrar una manera de enseñarle a Malvina sobre la importancia de la generosidad y el amor hacia los demás. En ese momento, escucharon un grito proveniente del interior del bosque.

Rápidamente corrieron hacia el sonido y descubrieron a una princesa llamada Lucía atrapada en una red gigante tendida por unos cazadores furtivos. "-¡Ayuda! ¡Por favor ayúdenme!", suplicó la princesa Lucía entre lágrimas. Ciro se acercó rápidamente e intentó liberarla usando su habilidad para pasar a través de los objetos.

Pero la red era mágica y no podía ser atravesada por el fantasma. Fue entonces cuando Malvina, sin pensarlo dos veces, utilizó su magia para deshacer la red y liberar a la princesa. Lucía miró a Malvina con gratitud y dijo: "-Gracias por salvarme".

Malvina, sorprendida por su propia acción, sonrió tímidamente y respondió: "-No hay de qué". Desde ese momento, Malvina comenzó a experimentar una sensación extraña en su corazón. Sentía alegría al ayudar a los demás, algo que nunca había sentido antes.

Ciro aprovechó esta oportunidad para hablarle sobre la importancia de ser amable y generoso. Le explicó cómo pequeños actos de bondad pueden marcar una gran diferencia en las vidas de las personas.

A medida que pasaba el tiempo, Malvina se convirtió en una bruja mucho más amigable y considerada. Ayudaba a los necesitados, compartía sus conocimientos mágicos e incluso organizaba fiestas en el castillo encantado para todos los habitantes del bosque.

La fama de la nueva Malvina se extendió rápidamente, llegando también hasta el reino donde vivía la princesa Lucía. La princesa quedó tan impresionada por el cambio positivo en Malvina que decidió visitarla personalmente.

Cuando Lucía llegó al castillo encantado, fue recibida con calidez por Ciro y una sonriente Malvina. Juntos organizaron un banquete en honor a la princesa como muestra de gratitud por haberles enseñado lo importante que es ser generoso y amable.

A partir de ese momento, Ciro, Malvina y Lucía se convirtieron en grandes amigos. Juntos realizaron muchas aventuras, ayudaron a los necesitados y demostraron que el amor y la bondad pueden transformar incluso a las personas más egoístas.

Y así, este peculiar trío vivió felizmente en el castillo encantado, recordándonos siempre que todos podemos cambiar si abrimos nuestros corazones a la generosidad y al amor hacia los demás.

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