El cambio de Mateo
Había una vez un niño llamado Mateo que vivía en un pequeño pueblo. A diferencia de otros niños de su edad, a Mateo no le gustaba mover el cuerpo.
Prefería pasar todo el día sentado frente a la televisión o jugando videojuegos. Sus padres, preocupados por su falta de actividad física, intentaron animarlo a hacer ejercicio y practicar deportes.
Le ofrecieron llevarlo al parque para jugar fútbol con otros niños, pero Mateo siempre encontraba excusas para no ir. Un día, mientras estaba sentado en el sofá con su videojuego favorito, escuchó un ruido proveniente del jardín. Se asomó por la ventana y vio a un grupo de niños corriendo y riendo mientras jugaban al escondite.
Uno de ellos era Martina, una niña muy activa y llena de energía. Intrigado por lo que veía, Mateo decidió salir al jardín para observar más de cerca.
Al acercarse al grupo, Martina lo notó y se le acercó con una sonrisa amigable. "Hola Mateo ¿quieres jugar con nosotros?"- preguntó Martina emocionada. Mateo dudó por un momento pero finalmente aceptó la invitación.
Aunque se sentía incómodo porque no estaba acostumbrado a moverse tanto como los demás niños, decidió darle una oportunidad. El juego comenzó y todos corrían sin parar. Mateo se dio cuenta rápidamente de que estaba fuera de forma y se cansaba mucho más rápido que los demás.
Sin embargo, eso no lo detuvo; siguió corriendo e intentando alcanzar a los demás. Después de un rato, Mateo se dio cuenta de que estaba empezando a disfrutar de la actividad física. Sentía cómo su corazón latía rápido y su cuerpo se llenaba de energía.
Se sorprendió al ver lo divertido que podía ser moverse y jugar con otros niños. A medida que pasaban los días, Mateo se unió cada vez más a las actividades al aire libre.
Descubrió el gusto por andar en bicicleta, nadar en el río y trepar árboles. Incluso comenzó a practicar deportes como fútbol y básquetbol junto a sus nuevos amigos. Pronto, Mateo notó cambios positivos en su vida. Se sentía más fuerte, saludable y feliz.
Además, había hecho nuevos amigos e incluso había mejorado sus habilidades sociales. Un día, mientras jugaban en el parque, Martina le dijo a Mateo:"Sabes Mateo, me alegra mucho verte tan activo ahora.
El ejercicio es importante para nuestro cuerpo y nuestra mente. Nos ayuda a estar sanos y felices. "Mateo asintió con una sonrisa:"Tienes razón Martina ¡me siento genial! Gracias por animarme a moverme más".
Desde ese día, Mateo nunca volvió a pasar tanto tiempo frente al televisor o jugando videojuegos sin hacer nada más. Aprendió la importancia de moverse y encontró una nueva pasión en el deporte y la actividad física.
Y así fue como Mateo descubrió que no hay nada mejor que levantarse del sofá y disfrutar del mundo exterior junto a sus amigos.
FIN.