El cambio de Mike

Mike era un niño muy inquieto y travieso. Siempre estaba buscando la forma de molestar a sus amigos, haciendo bromas pesadas y riéndose a costa de los demás.

Al principio, sus amigos intentaban ignorarlo, pero con el tiempo, se cansaron de sus travesuras y decidieron alejarse de él. Mike se encontró solo y triste, sin entender por qué ya no querían jugar con él.

Un día, mientras caminaba por el parque, se encontró con un grupo de niños que estaban ayudando a una abuelita a recoger unas bolsas que se le habían caído. Mike se acercó para reírse de ellos, pero en lugar de enojarse, los niños le sonrieron y lo invitaron a ayudar.

Al principio, Mike no entendía por qué debería ayudar a alguien, pero al ver la sonrisa agradecida de la abuelita, algo se removió en su interior.

Poco a poco, comenzó a darse cuenta de que ser amable y ayudar a los demás era mucho más gratificante que molestar. Decidió cambiar su actitud y comenzó a disculparse con sus antiguos amigos, demostrándoles que podía ser una persona mejor. Con el tiempo, recuperó su amistad y se convirtió en un niño más querido y respetado.

Mike aprendió que el respeto y la amabilidad son fundamentales para mantener relaciones saludables con los demás.