El Cambio de Neymar



Había una vez un niño llamado Neymar que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Neymar era conocido por ser muy travieso y siempre metía en problemas a sus amigos y vecinos.

Un día, mientras jugaba al fútbol con sus amigos en la plaza del pueblo, Neymar decidió hacer una broma pesada.

Esperó a que uno de sus amigos pateara el balón y justo cuando iba a darle, Neymar se agachó y dejó que el balón pasara por encima de él. Todos los niños se sorprendieron y comenzaron a reírse de la ocurrencia de Neymar. Pero lo que no sabían era que esa broma provocaría un gran caos en el pueblo.

El balón siguió su camino sin control hasta llegar al mercado del pueblo, donde golpeó una torre de frutas y las hizo caer todas al suelo. Los vendedores intentaron atrapar las frutas antes de que se arruinaran, pero fue imposible evitarlo.

La gente del pueblo estaba enfadada con Neymar por haber causado tanto desastre. Todos le exigían una explicación y querían que pagara por todo el daño causado. Pero Neymar estaba arrepentido y sabía que tenía que solucionar la situación.

Decidió pedir disculpas públicamente ante todos los habitantes del pueblo y ofreció ayudar a limpiar el desorden causado por su travesura. La gente aceptó sus disculpas, pero aún así estaban preocupados por cómo podrían reparar los daños causados.

Fue entonces cuando apareció Don Manuel, un anciano sabio del pueblo. Don Manuel había sido testigo de la travesura de Neymar y decidió intervenir para ayudar a encontrar una solución.

"Neymar, has cometido un gran error, pero aún tienes la oportunidad de enmendarlo", dijo Don Manuel. Neymar asintió con la cabeza y escuchó atentamente las palabras del anciano. "Deberás trabajar duro para reparar el daño causado. Pero también debes aprender una lección importante: tus acciones tienen consecuencias.

No puedes jugar con los sentimientos y las propiedades de los demás sin esperar alguna reacción". Neymar entendió el mensaje de Don Manuel y se comprometió a hacer todo lo posible para solucionar el caos que había causado.

Junto con sus amigos, comenzaron a reagarrar todas las frutas del suelo y a limpiar el mercado. La gente del pueblo quedó sorprendida al ver cómo Neymar trabajaba arduamente para reparar su error.

Poco a poco, el mercado volvió a estar ordenado y las frutas volvieron a su lugar. Al finalizar la tarea, todos los habitantes del pueblo aplaudieron a Neymar por su esfuerzo y determinación para enmendar sus errores.

A partir de ese día, Neymar aprendió que no podía jugar con los sentimientos ni las pertenencias de los demás sin pensar en las consecuencias. Y así fue como Neymar se convirtió en un niño más responsable y respetuoso con los demás.

Aprendió que cada acción tiene una repercusión, ya sea positiva o negativa, y que es importante pensar antes de actuar. Desde aquel día, Neymar se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo.

Su historia inspiradora les recordaba la importancia de ser responsables y respetuosos con los demás. Y así, el caos de Neymar se convirtió en una lección valiosa para todos.

FIN.

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