El Cambio de Sofía



Sofía era una niña vivaz, pero a menudo desobedecía a su maestra, la Srta. Elena. Durante una reunión del aula, la maestra explicó la importancia de la responsabilidad y la amabilidad. Sin embargo, Sofía no prestó atención y, en su lugar, comenzó a hacer bromas y a interrumpir a sus compañeros. "¡Sofía, por favor, presta atención!"- le decía la Srta. Elena mientras culminaba sus explicaciones sobre ser buenos amigos. La situación se tornó incómoda cuando en una actividad grupal, su comportamiento despreocupado terminó haciendo que un compañero se sintiera triste.

Consciente de que su actitud estaba afectando a los demás, Sofía, tras un rato de reflexión, decidió pedir disculpas a su compañero. "Lo siento, no quise hacerte sentir mal"- le confesó, sintiéndose algo avergonzada. Desde ese día, comenzó a esforzarse más en ser una buena amiga y a poner en práctica lo que la Srta. Elena enseñaba en clase. Poco a poco, sus compañeros notaron el cambio.

La transformación de Sofía fue sorprendente: ayudaba a quienes se sentían solos, compartía sus juguetes y siempre estaba dispuesta a escuchar. "¡Qué bien te estás portando, Sofía!"- le comentaron sus amigos un día. La Srta. Elena, al ver su dedicación, la felicitó: "Estoy muy orgullosa de ti, Sofía. Has aprendido lo valioso que es cuidar de los demás"-. La niña sonrió, sabiendo que cambiar era posible y que, con pequeñas acciones, podía hacer una gran diferencia en el aula.

FIN.

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