El Cambio de Trehicy



En una pequeña escuela de un barrio bullicioso, vivía una joven llamada Trehicy. Con su cabello desordenado y una sonrisa desafiante, Trehicy era conocida por ser la rebelde del aula. Nunca acataba las reglas y siempre encontraba la manera de hacer enojar a sus compañeros. La maestra Laura, en especial, se preocupaba por ella.

Un día, mientras los alumnos estaban en clase de Ciencias, Trehicy decidió que un reglamento sobre el uso de celulares era una tontería y sacó su teléfono. "¡Miren a todos! ¡Voy a grabarlos!"- gritó Trehicy mientras apuntaba su cámara hacia sus compañeros. Algunos rieron, pero otros parecían incómodos.

Al ver que no todo el mundo estaba de acuerdo, un chico llamado Mateo, al que siempre molestaba, le dijo: "Trehicy, eso no está bien. La maestra dice que no se puede usar el celular en clase por una razón. Está desatendiendo a los que realmente quieren aprender."-

Trehicy sonrió con sorna, pero había algo en la voz de Mateo que la hizo dudar. Sin embargo, decidió seguir grabando.

La maestra Laura, al darse cuenta de lo que ocurría, se acercó a Trehicy. "Trehicy, necesito que apagues tu celular y prestes atención. Hacer esto no solo es desconsiderado hacia mí, sino también hacia tus compañeros que vienen a estudiar."-

Trehicy hizo un gesto de desdén, pero en el fondo de su corazón, una pequeña voz se preguntaba si estaba haciendo lo correcto. Sin embargo, su actitud agresiva no paró. A medida que pasaban los días, comenzó a agredir a sus compañeros por diversión. "¡Eres un nerd!"- le decía a una chica que siempre tenía sus tareas brillantes. "¡Nadie te quiere!"- soltaba a un chico que siempre estaba en su mundo.

Un viernes, la escuela organizó una competencia de trabajo en equipo , y la maestra Laura necesitaba un grupo para participar. Decidieron que los jugadores serían elegidos al azar, pero todos los estudiantes querían evitar a Trehicy. "No quiero que me grabe a mí", dijo Ana, asustada. "¡Siempre me desarma!"-

La maestra, viendo lo que sucedía, tuvo una idea. "Trehicy, si quieres participar, debes trabajar en equipo con tus compañeros y mostrarles que puedes ser parte de algo bueno. Tendrás que ser respetuosa y ayudar a los demás en lugar de lastimarlos. ¿Te gustaría aceptarlo?"-

Trehicy aceptó, ya que no quería perderse la competencia. Sin embargo, no fue fácil. A medida que trabajaba con sus compañeros, se dio cuenta de que tenía que escuchar y seguir las ideas de todos. Su primer instinto era interrumpir, pero frenar su impulso fue un desafío.

Un día, mientras estaban debatiendo cómo presentarle el proyecto a la clase, uno de sus compañeros, Lucas, la miró y le dijo con sinceridad "Trehicy, yo sé que a veces haces cosas que lastiman, pero creo que tienes muchas ideas brillantes. Podrías ayudarnos, solo mira lo que dice el resto del grupo."-

Esa frase hizo que Trehicy se detuviera. Se dio cuenta de que lo que hacía no solo molestaba a los demás, sino que también la estaba alejando de la posibilidad de hacer amigos. Recordó todas las veces que había hecho sentir mal a otros; eso realmente la impactó.

Cuando llegó el día de la competencia, Trehicy, un poco nerviosa, presentó su trabajo. Pero, en lugar de captar la atención grabando, decidió disfrutar el momento. Compartió sus ideas, respetó las opiniones de sus compañeros y hasta recibió aplausos al finalizar.

Junto con su equipo, ganaron el primer lugar, pero lo más importante fue que Trehicy había aprendido una valiosa lección: ser parte de un equipo y mantener una comunicación respetuosa y amigable la llevó a formar amistades verdaderas.

Días después, la maestra Laura se acercó a Trehicy. "Estoy muy orgullosa de ti. Has cambiado desde la competencia. No solo somos un grupo de estudiantes, somos una comunidad."- Trehicy sonrió, sabiendo que había aprendido a ser una buena compañera.

Desde aquel día, Trehicy dejó atrás su actitud rebelde. Usó su celular para capturar los momentos felices con sus amigos, los que realmente importaban. Y, por supuesto, siempre recordaba que sus acciones tenían consecuencias en los demás.

Así, la joven que una vez fue conocida por ser la rebelde, se transformó en un faro de luz y motivación para todos en su escuela. Y es que, a veces, en el camino del aprendizaje, lo que parece un problema puede convertirse en la mejor lección.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!