El Cambio de Usi
Usi era conocida en la escuela por su actitud seria y su característica mirada fruncida. Todos decían que era 'la mala', pero nadie sabía lo que había detrás de esa fachada. Su amiga Mio, siempre sonriente y llena de energía, decidía entender a Usi en vez de dejarse llevar por lo que decían los demás.
Un día, mientras estaban en el recreo, Mio se acercó a Usi y le dijo:
"¡Hola, Usi! ¿Te gustaría jugar un rato? Estamos organizando un partido de fútbol, y me encantaría que vinieras."
Usi, con su voz fría, respondió:
"No. No me interesa. No sé por qué todos son tan felices aquí. Es solo un juego, y en un juego siempre hay alguien que pierde."
Mio, sorprendida, insistió:
"Pero Usi, ¡perder también es parte de divertirse! Si nunca intentas nada, no sabrás lo que es reírte y disfrutar. ¿Por qué no pruebas una vez?"
Usi, enojada, se cruzó de brazos:
"No necesito divertirme. La vida es seria."
Aunque Usi no lo sabía, Mio tenía un plan. Era hora de que Usi viera la vida de otra manera. Al día siguiente, Mio decidió dejarle una nota en su escritorio:
"Usi, hoy voy a traer algo especial para vos. Confía en mí."
Intrigada, Usi decidió acercarse a Mio durante el almuerzo.
"¿Qué traés?"
"Solo algo que te hará sonreír. ¿Te animás a venir a mi casa después de la escuela? Te prometo que te va a gustar."
Usi dudaba, pero algo en la voz de Mio la invitaba a seguir.
Al llegar a la casa de Mio, Usi vio que había montones de colores, cartulinas, y un gran lienzo blanco.
"¿Qué es todo esto?"
Mio sonrió de oreja a oreja:
"Vamos a hacer arte juntas. Pintar relaja y te ayuda a mirar las cosas desde otra perspectiva. El arte no tiene reglas, uní tu seriedad con mi locura."
Usi, un poco reacia, tomó un pincel. A medida que las pinturas comenzaban a fluir en el lienzo, la seriedad de Usi se fue desdibujando entre las risas y la mezcla de colores.
"Mirá esto que estoy haciendo, parece una tormenta… ¿tú cómo lo ves?"
Mio, emocionada, respondió:
"Es como si estuvieras mostrando tus emociones. ¡Es perfecto!"
Con cada pincelada, Usi comenzó a expresar no solo sus colores, sino su interior. Después de un rato, se dio cuenta de que, tal vez, había otro lado de la vida que nunca había explorado.
Mio, viendo el cambio, dijo:
"¿Viste? ¡Lo mejor de la vida es que podemos crear! No hay bien o mal, importa solo lo que sentimos."
Usi, mirando su obra, se sintió un poco más ligera, un poco más feliz:
"Mio, gracias por esta oportunidad.Quizá tengo que permitir que mis emociones fluyan más a menudo."
Así, día tras día, Usi y Mio se reunieron para pintar y jugar. Usi dejó de ser tan seria, aprendiendo que las risas y la amistad son esa chispa que da vida a los días grises.
Al final del año escolar, Usi no era reconocida solo como 'la mala', sino como una gran compañera, una artista. Entonces, un día en clase, al ser elegida para dar un discurso sobre lo que había aprendido, Usi sonrió y dijo:
"He descubierto que ser feliz no significa no tener problemas, sino saber cómo manejarlos y compartir alegría con los demás."
El aula estalló en aplausos. Usi sintió una emoción que nunca antes había conocido. Todo gracias a una amiga que decidió mirar más allá de la superficie.
Desde entonces, Usi nunca dejó de pintar, y siempre guardó un lugar especial en su corazón para la amistad y la creatividad. En su mente, ya no era 'la mala', sino una exploradora del arte y la vida.
FIN.