El Camino de Jesús con los Niños

En un pequeño pueblo costero, vivían niños de todas las clases sociales. Había niños ricos que vivían en casas grandes y niños pobres que habitaban en humildes chozas.

Un día, un hombre llamado Jesús llegó a su pueblo y empezó a caminar por la playa. Los niños se acercaron a él, curiosos por conocerlo.

Jesús los recibió con una sonrisa y les dijo: -Hola, niños, ¿quieren jugar conmigo? Los niños, emocionados, aceptaron y empezaron a correr por la playa, saltando las olas y riendo a carcajadas. Jesús se unió a ellos y juntos disfrutaron de la brisa marina y el sol radiante. Después de jugar en la playa, Jesús caminó con los niños por las calles del pueblo.

Algunos de los niños ricos lo miraban con desconfianza, pero él les sonreía con ternura. -¿Por qué juegas con los pobres? -le preguntó un niño rico.

-Porque todos los niños son especiales para mí, sin importar su situación económica -respondió Jesús con calidez. Los niños empezaron a comprender que Jesús amaba a todos por igual. Un día, los niños decidieron hacer un gran picnic en el campo. Jesús se unió a ellos llevando pan y pescado.

Mientras compartían la comida, los niños se dieron cuenta de que tenían suficiente para todos, sin importar su origen o estatus. Los niños aprendieron que la generosidad y la amistad son más importantes que las posesiones materiales.

Después de pasar tiempo juntos, Jesús les contó cuentos y les enseñó lecciones de amor y solidaridad. Los niños se despidieron de Jesús con agradecimiento en sus corazones.

A partir de ese día, los niños ricos y pobres jugaron juntos sin prejuicios, aprendiendo a valorar la diversidad y la igualdad. Jesús había dejado una huella indeleble de amor y comprensión en sus corazones.