El camino de Juanito



Había una vez en la República Dominicana un chico llamado Juanito, quien había salido a jugar con sus amigos después de la escuela.

Sin embargo, cuando empezó a oscurecer, se dio cuenta de que se había perdido en el camino de regreso a su casa. Juanito caminaba por las calles desconocidas, sintiéndose cada vez más asustado y preocupado. No sabía qué hacer ni a quién acudir para pedir ayuda.

De repente, vio una pequeña luz brillante que provenía de una ventana entreabierta. Se acercó lentamente y escuchó voces amigables. - ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? -preguntó Juanito tímidamente. La puerta se abrió y apareció una señora amable que le preguntó qué le pasaba.

Juanito le explicó que estaba perdido y no sabía cómo volver a su casa. La señora sonrió y le dijo: "Tranquilo, yo te ayudaré a encontrar el camino de regreso".

Le ofreció algo de comer y beber mientras buscaban juntos en un mapa la ubicación de la casa de Juanito. Después de un rato, la señora logró ubicar el lugar en el mapa y acompañó a Juanito hasta allí.

En el camino, le contó historias divertidas y le enseñó algunos trucos para orientarse mejor en caso de volver a perderse. Finalmente, llegaron frente a la casa de Juanito.

La mamá lo esperaba angustiada en la puerta, pero al verlo llegar sano y salvo junto con la señora amable, respiró aliviada y dio las gracias repetidamente. - ¡Muchas gracias por traerlo de vuelta! ¡No sé cómo podré agradecerte! -dijo la mamá emocionada. - No hay problema, fue un placer poder ayudar -respondió la señora con una sonrisa-.

Recuerda siempre mantener la calma si te pierdes y buscar ayuda en personas confiables como yo o algún adulto responsable. Juanito aprendió esa noche que no hay nada malo en pedir ayuda cuando estamos perdidos o confundidos.

También entendió lo importante que es ser amable y solidario con los demás, tal como lo fue esa buena mujer con él.

Desde ese día, Juanito nunca más volvió a perderse en las calles de República Dominicana porque recordaba las enseñanzas valiosas que había recibido aquella noche inolvidable. Y así vivieron felices para siempre.

FIN.

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