El camino de la amistad



David y su amigo Lucas caminaban por el bosque, riendo y contándose historias mientras disfrutaban del aire fresco y los sonidos de la naturaleza. De repente, se encontraron con un señor mayor que parecía necesitar ayuda.

- ¡Hola niños! ¿Podrían ayudarme a encontrar mi camino de regreso al pueblo? Me he perdido -dijo el señor con una sonrisa amable. David, siempre dispuesto a ayudar, se acercó al hombre y le preguntó dónde vivía.

Resulta que el pueblo no estaba muy lejos, pero el señor se había desviado bastante del camino. - No te preocupes, señor. Te llevaremos de vuelta al pueblo -dijo David con decisión. Los tres emprendieron juntos el camino de regreso.

Mientras caminaban, el señor les contaba historias sobre sus viajes y les enseñaba cosas interesantes sobre la naturaleza que los rodeaba. David y Lucas estaban fascinados. Después de un rato, llegaron al pueblo y llevaron al señor hasta su casa.

El hombre estaba muy agradecido por la amabilidad de los niños. - Muchas gracias por ayudarme a llegar a casa sano y salvo. Son dos jóvenes muy valientes y solidarios -dijo el señor despidiéndose con una gran sonrisa.

David y Lucas regresaron al bosque, contentos de haber podido ayudar a alguien en apuros. Mientras continuaban su caminata, hablaron sobre lo importante que es ser solidario y estar siempre dispuestos a tenderle una mano a quien lo necesite.

Desde ese día, David y Lucas siguieron siendo amigos inseparables que nunca dudaban en ayudar a los demás.

Y cada vez que caminaban por el bosque recordaban aquella aventura con el amable señor perdido, aprendiendo así la importancia de la solidaridad y la bondad hacia los demás. Y colorín colorado, este cuento solidario ha terminado.

FIN.

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