El camino de la magia



Había una vez una bruja llamada Luna, que vivía en lo más profundo del bosque encantado. Luna era muy amable y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.

Un día, mientras volaba por el bosque en su escoba mágica, encontró a un niño llamado Mateo que se había perdido. Mateo estaba asustado y no sabía cómo regresar a su casa. Luna se acercó al niño y le dijo: "¡Hola! ¿Necesitas ayuda?".

"Sí, estoy perdido", respondió Mateo con voz temblorosa. Luna sonrió y extendió la mano hacia el niño. "No te preocupes, yo te ayudaré a encontrar tu camino de regreso a casa".

Juntos caminaron por el bosque hasta que llegaron a una pequeña casita donde vivía la señora María. La señora María era muy sabia y conocedora de las plantas mágicas del bosque. "Buenos días, señora María", saludó Luna. "Este niño está perdido y necesita nuestra ayuda".

La señora María miró al niño con ternura y dijo: "No te preocupes, Mateo. Te mostraré un árbol especial que te guiará hasta tu casa". Todos se dirigieron al árbol mágico en medio del bosque.

El árbol tenía ramas llenas de manzanas brillantes como estrellas. "Coge una manzana", dijo la señora María mientras le entregaba una canasta al niño. Mateo tomó una manzana dorada del árbol encantado y de repente sintió cómo sus pies comenzaban a moverse solos.

Siguió el camino que marcaban sus pies y pronto llegó a su casa. "¡Muchas gracias, señora María! ¡Gracias, Luna!", exclamó Mateo emocionado. Luna sonrió y dijo: "Recuerda siempre confiar en tu intuición y seguir tu propio camino.

Nunca olvides que hay magia dentro de ti". El niño asintió con la cabeza y se despidió de todos. Mientras caminaba hacia su casa, pensaba en todo lo que había aprendido ese día.

Desde ese momento, Mateo siempre recordaría el poder de confiar en sí mismo y en la magia que había dentro de él. Cada vez que veía una estrella en el cielo, recordaba la amabilidad de Luna y la sabiduría de la señora María.

Y así, gracias a esa experiencia mágica, Mateo se convirtió en un niño valiente y seguro de sí mismo, listo para enfrentar cualquier reto que se le presentara en su vida. Fin

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!