El camino de la valentía


Juan y su hermana María estaban jugando en el parque cuando de repente se dieron cuenta de que se les había hecho de noche. El parque estaba oscuro y solitario, y no reconocían el camino de regreso a casa.

- ¡María, creo que nos hemos perdido! - exclamó Juan con voz temblorosa. - No te preocupes, Juan. Vamos a encontrar la salida juntos - respondió María tratando de mantener la calma.

Los dos hermanos comenzaron a caminar por el parque, buscando alguna pista que los guiara hacia su hogar. Sin embargo, entre la oscuridad y los árboles parecía imposible encontrar el camino correcto. De repente, escucharon unos ruidos extraños provenientes del bosque cercano.

Se miraron con preocupación, pero decidieron acercarse para investigar. Entre las sombras pudieron distinguir una figura pequeña y peluda que se movía rápidamente entre los árboles. - ¡Oh no! ¿Qué será eso? - preguntó Juan asustado.

- No lo sé, pero creo que nos está siguiendo... - respondió María con nerviosismo. Sin pensarlo dos veces, los hermanos tomaron su coraje y empezaron a correr en dirección opuesta al extraño ser.

Corrieron y corrieron hasta llegar a un claro en medio del bosque donde vieron una luz tenue brillando a lo lejos. - ¡Mira, Juan! ¡Esa luz podría ser nuestra salvación! - exclamó María señalando hacia ella.

Con renovadas esperanzas, los dos niños siguieron la luz hasta llegar a un sendero iluminado que los llevó directo a su barrio. Finalmente llegaron sanos y salvos a casa, donde fueron recibidos por sus padres con abrazos emocionados. - ¿Cómo lograron encontrar el camino de regreso? - preguntó mamá sorprendida.

- Fue gracias a nuestra valentía y trabajo en equipo - respondió Juan con orgullo mientras abrazaba a su hermana María.

Desde ese día, Juan aprendió la importancia de mantener la calma en situaciones difíciles y confiar en sus habilidades para resolver problemas. Aunque fue una experiencia aterradora, también fue una lección invaluable sobre la importancia de trabajar juntos y nunca perder la esperanza ante las adversidades.

Y así, cada vez que volvían al parque para jugar, recordaban aquella noche como una aventura inolvidable que fortaleció su vínculo como hermanos para siempre.

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