El Camino de los Sueños



Era un hermoso día en el barrio. El sol brillaba y los pájaros cantaban mientras dos amigos, El Perso y Canelo, se encontraban sentados en un banco del parque. Ambos eran jóvenes con muchos sueños, pero también con poco dinero.

"Canelo, tengo un montón de cosas que quiero hacer, pero no sé cómo conseguir la plata" - dijo El Perso, mirando al suelo.

"Yo también, loco. A veces creo que la única forma de conseguirla es haciendo algo peligroso" - respondió Canelo, con un suspiro.

Y así, mientras conversaban, sus pensamientos se oscurecieron. Se les ocurrió que podría ser una buena idea vender sustancias. Sin embargo, algo en el fondo de su corazón les decía que no era el camino correcto.

Decididos, empezaron a hablar con otros chicos del barrio que ya estaban en ese negocio. Se sentían valientes, pero al mismo tiempo, cada vez que se alejaban de casa, sentían un nudo en el estómago.

Un día, se encontraron con un viejo amigo llamado Nico, que al ver lo que estaban haciendo, los confrontó.

"Chicos, ¿qué están haciendo? Esto no es el camino. Pueden terminar muy mal" - les dijo Nico, preocupado.

"¿Y qué alternativa tenemos?" - respondió Canelo, tratando de justificar sus decisiones.

"Hay otras formas de conseguir plata, como trabajar, estudiar o emprender algo que realmente importe. No desperdicien su potencial" - insistió Nico.

Sus palabras resonaron en la mente de El Perso y Canelo. Esa misma noche, se pusieron a reflexionar juntos.

"Che, creo que tenemos que pensar en esto mejor" - dijo El Perso, sintiéndose incómodo.

"Sí, no quiero terminar en problemas. ¿Y si empezamos a vender limonadas o golosinas en el parque?" - sugirió Canelo con entusiasmo.

A la mañana siguiente, decidieron poner en práctica la nueva idea. Compraron algunos limones, azúcar y vasos desechables y comenzaron a hacer limonada. Pronto, los niños del barrio y sus familias comenzaron a acercarse y a disfrutar de su refresco.

Vender limonada les permitió ganar dinero y al mismo tiempo, disfrutar del tiempo en el parque con sus amigos y vecinos.

Pero no solo eso; aprendieron sobre el trabajo en equipo, la responsabilidad y el esfuerzo. Con el tiempo, pasaron de vender limonada a ofrecer snacks y alimentos saludables, convirtiéndose en un pequeño negocio que alegraba a su comunidad.

"¡Mirá cómo nos va!" - exclamó Canelo un día, con una sonrisa de oreja a oreja.

"Es increíble, loco. Nunca pensé que podríamos lograr tanto solo trabajando duro y haciendo algo positivo" - respondió El Perso, sintiéndose orgulloso.

Con esfuerzo y dedicación, lograron ahorrar suficiente dinero para ayudar a sus familias y cumplir algunos sueños, como inscribirse en un curso de música y otro de artes.

Con el tiempo, también aprendieron a valorar la vida y la salud de los demás. Su antiguo pensamiento de que el dinero fácil era la solución cambió, y se dieron cuenta de que el verdadero éxito estaba en hacer algo bueno por ellos mismos y quienes los rodeaban.

Así, El Perso y Canelo se convirtieron en un ejemplo para otros jóvenes del barrio, demostrando que con trabajo, amistad y buenas decisiones, se pueden alcanzar los sueños y crear un futuro mejor.

Y mientras el sol se escondía detrás de los árboles, los dos amigos sonrieron juntos, mirando hacia un horizonte lleno de posibilidades.

FIN.

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