El camino de regreso
Había una vez en un pequeño pueblo en lo alto de la montaña, un grupo de niños curiosos y valientes que se llamaban Mateo, Valentina, Sofía y Tomás.
Un día decidieron aventurarse más allá del pueblo hasta llegar a un misterioso páramo que nunca antes habían explorado. Al entrar al páramo, se dieron cuenta de que el aire era más frío y las plantas eran diferentes a las que estaban acostumbrados a ver.
A pesar de eso, los niños estaban emocionados por descubrir qué secretos guardaba ese lugar tan especial. - ¡Miren esa flor violeta tan hermosa! -exclamó Valentina señalando una flor desconocida para ellos.
- ¡Y qué extraños son esos árboles retorcidos! Parecen salidos de un cuento de hadas -dijo Tomás maravillado. Los niños continuaron explorando el páramo, saltando sobre rocas, cruzando arroyos y riendo juntos mientras descubrían cada rincón. Sin embargo, cuando el sol comenzó a ponerse, se dieron cuenta de que estaban perdidos.
- ¿Qué vamos a hacer? No reconocemos este lugar y pronto oscurecerá -dijo Sofía con preocupación.
- Tranquilos chicos, recuerdo haber leído en un libro que si seguimos la Estrella del Sur podremos encontrar nuestro camino de regreso al pueblo -dijo Mateo recordando una historia que su abuelo le había contado. Guiándose por la Estrella del Sur en el cielo nocturno, los niños emprendieron su camino de regreso al pueblo.
En su travesía se encontraron con animales nocturnos como búhos y zorros, pero no perdieron la esperanza ni el ánimo. Finalmente, después de caminar durante horas bajo la luz de la luna, los niños divisaron las luces del pueblo a lo lejos.
Con alegría corrieron hacia sus casas donde fueron recibidos con abrazos cálidos y felices reencuentros con sus familias.
Al día siguiente, los cuatro amigos se reunieron en el patio del colegio para contarle a todos sobre su aventura en el páramo y cómo juntos lograron encontrar su camino de regreso gracias a la Estrella del Sur. Desde ese día en adelante, Mateo, Valentina, Sofía y Tomás siguieron siendo inseparables amigos llenos de valentía y determinación para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.
Y aunque nunca olvidaron aquella noche perdida en el páramo, aprendieron que siempre hay una luz que guiará su camino incluso en las situaciones más oscuras.
FIN.