El camino de regreso



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, dos niñas llamadas Elina y Julia. Ellas eran muy amigas desde que se conocieron en la guardería.

Les encantaba pasar tiempo juntas jugando y explorando el mundo que las rodeaba. Un día, mientras caminaban por el bosque cerca del pueblo, encontraron un árbol enorme con ramas tan largas que parecían brazos gigantes extendidos hacia el cielo.

Las niñas no pudieron resistirse a trepar al árbol para ver qué había más allá de las hojas verdes. Después de subir varias ramas, llegaron a una plataforma escondida entre los follajes. Allí encontraron un cofre lleno de juegos divertidos como cartas, rompecabezas y pelotas.

"¡Wow! ¡Mira todo lo que hay aquí!", exclamó Elina emocionada. "Sí, esto es genial", respondió Julia con una sonrisa en su rostro. Las niñas comenzaron a jugar sin parar durante horas. Se reían y disfrutaban cada momento juntas.

Pero cuando se hizo tarde y empezó a oscurecer, se dieron cuenta de que estaban perdidas en el bosque. "¿Qué vamos a hacer ahora?", preguntó Elina preocupada.

"No te preocupes, encontraremos la salida", respondió Julia tratando de mantener la calma. Pero pronto descubrieron que habían estado caminando en círculos sin encontrar ninguna señal del camino de regreso al pueblo. Estaban asustadas y cansadas después de tanto tiempo perdidas en el bosque oscuro.

"¿Y si nadie viene a buscarnos?", preguntó Elina con lágrimas en los ojos. "No te preocupes, lo resolveremos juntas", respondió Julia tratando de animarla. Fue entonces cuando Julia tuvo una idea brillante.

Recordó que su padre les había enseñado a usar una brújula para encontrar el norte y orientarse en cualquier lugar. Buscó su mochila y encontró la brújula que le había regalado su papá.

Con la ayuda de la brújula, las niñas lograron encontrar el camino hacia casa. Llegaron al pueblo exhaustas pero felices de haber encontrado el camino gracias a la astucia y valentía de Julia.

Desde ese día, Elina y Julia se convirtieron en expertas exploradoras del bosque y siempre llevaban consigo la brújula para orientarse. Aprendieron que juntas podían superar cualquier obstáculo y siempre encontrar una solución creativa a los problemas más difíciles. Y así, continuaron jugando, riendo y explorando el mundo juntas por muchos años más.

FIN.

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