El camino de regreso a casa

Luis y Ana eran dos hermanos que vivían con su papá y su madrastra en una casita junto al bosque.

La madrastra, que no los quería para nada, le dijo al papá que los llevaran al bosque y los dejaran perdidos, deseando que no pudieran regresar. El papá, engañado por la malvada mujer, accedió sin darse cuenta del peligro al que exponía a sus propios hijos. Así, un soleado día, salieron los cuatro camino al bosque.

Mientras caminaban, Luis fue dejando pequeñas piedritas en el suelo, ingeniosamente marcando el camino que estaban siguiendo. Al llegar al corazón del bosque, la madrastra y el papá les dijeron que se quedarían a recoger frutas, y que los pequeños podían jugar un rato.

Pero Luis, que desconfiaba de la malvada madrastra, les propuso a Ana buscar un lugar más tranquilo. Siguiendo las piedritas, recorrieron el camino de regreso sin que nadie se diera cuenta de su astucia.

Al llegar a casa, contaron todo al papá, quien al enterarse del engaño, decidió poner fin a esa convivencia y tomó medidas. La madrastra, al descubrir que los niños habían vuelto, fingió arrepentimiento, pero el papá ya no confiaba en ella.

Así, juntos como familia, decidieron enfrentar los desafíos venideros, confiando en el ingenio de los pequeños y la fuerza de su amor.