El Camino de Tomás
Había una vez un niño llamado Tomás que vivía en un pintoresco pueblo rodeado de montañas y ríos. Un día, después de jugar con sus amigos en el parque, se dio cuenta de que se había hecho tarde y debía regresar a casa. Pero, al llegar a un cruce de caminos, se sintió confundido. Delante de él, se extendían tres senderos distintos.
Tomás miró a su alrededor y pensó: "¿Cuál camino debo seguir para llegar a casa?"
El primero de los caminos era ancho y despejado, lleno de flores coloridas y mariposas danzantes. El segundo era un camino angosto, cubierto de hojas caídas y con un aire misterioso. Y el tercero parecía un sendero olvidado, lleno de piedras y arbustos, que se adentraba en un bosque denso.
Mientras dudaba, se acercó una tortuga llamada Tula.
"Hola, Tomás. ¿Por qué pareces tan preocupado?" - le preguntó Tula con su voz pausada.
"No sé cuál camino tomar para llegar a casa" - respondió Tomás. "¿Cuál me recomiendas?"
"Cada camino tiene algo especial, pero depende de lo que busques" - dijo Tula con sabiduría.
Tomás, intrigado, decidió escuchar lo que Tula tenía para decirle.
"El camino de flores es hermoso, pero podría distraerte con su belleza y hacerte perder tiempo. El camino angosto puede ser emocionante, pero necesitas ser valiente para seguirlo. Y el camino del bosque, aunque parece complicado, podría enseñarte a ser paciente y a superar obstáculos" - explicó Tula.
Tomás se sintió aún más confundido.
"¿Y si elijo el camino equivocado?" - preguntó, angustiado.
"Lo importante no es solo elegir, sino también aprender del camino que tomes. Muchas veces, los errores son lecciones disfrazadas" - afirmó Tula creando sonrisas en el rostro del niño.
Tomás decidió que necesitaba más información. "¿Podés acompañarme a mirar cada camino, Tula?" - le pidió.
"Claro, vamos juntos" - respondió la tortuga.
Primero tomaron el camino de las flores. Era hermoso, lleno de colores y aromas. Pero, efectivamente, cada paso que daban los distraía, y pronto Tomás se perdió en una charla con una mariposa sobre cómo volar.
Después de un rato, miró el reloj y se dio cuenta de que había pasado mucho tiempo. "Debo volver a encontrar el camino" - exclamó, preocupado.
Luego decidieron visitar el camino angosto. Aquí, había pequeños ruidos y sombras que hacían que Tomás diera un poco más de miedo que alegría. Se encontró con un grupo de ranas que estaban organizando una competencia de saltos. Intrigado, se unió al juego, pero después de unos minutos, se dio cuenta de que se había alejado del camino y no sabía cómo regresar.
Finalmente, se dirigieron al tercer camino, el del bosque. Era oscuro y lleno de desafíos. Sin embargo, al avanzar, Tomás comenzó a notar cómo cada obstáculo, como un tronco caído o un arbusto espinoso, le enseñaba a ser más cauteloso y observador.
De repente, escucharon un ruido y se encontraron con un pequeño zorro atrapado en una trampa. "¡Ayuda! No puedo moverme" - lloró el zorro. En lugar de tener miedo, Tomás sintió que debía ayudar. Usó una rama para liberar al zorro de la trampa.
"¡Gracias, niño!" - dijo el zorro, agradecido. "¿Cómo te llamas?"
"Soy Tomás. Solo quiero volver a casa" - respondió.
"Te ayudaré a encontrar el camino" - ofreció el zorro, encantado de devolver el favor.
Con la ayuda del zorro, Tomás evolucionó de su aventura. Siguieron un sendero más fácil y, después de un rato de caminar y hablar, llegaron a un camino que Tomás reconocía. "¡Este es mi camino!" - exclamó con felicidad.
"A veces, los caminos más difíciles nos llevan a los mejores lugares" - dijo el zorro mientras se despedía. "No olvides siempre ayudar a los que lo necesiten" - le aconsejó el zorro.
Tomás siguió su camino y, al llegar a casa, se dio cuenta de que cada decisión y cada experiencia lo habían enseñado algo valioso. Estando con su familia, reflexionó sobre esa aventura y comprendió que la elección del camino es solo el principio de lo que podemos aprender en la vida.
Y así, Tomás sonrió al recordar que la vida estaba llena de caminos y posibilidades, y que está bien dudar, porque siempre hay algo importante que aprender en cada uno de ellos.
FIN.