El camino de vuelta



. Su nombre era Sofía, y estaba perdida en un lugar desconocido. Había entrado en el edificio para buscar a su madre, pero ahora no sabía cómo volver atrás.

Sofía caminaba y caminaba, pero el pasillo parecía no tener fin. Se sentía cada vez más sola y asustada. De repente, escuchó una voz que la llamaba desde una puerta entreabierta. Era una anciana muy amable que le ofreció ayuda.

"¿Estás perdida, pequeña?", preguntó la anciana con una sonrisa cálida. "Sí", respondió Sofía con lágrimas en los ojos. "Busco a mi mamá y no sé cómo volver".

La anciana tomó la mano de Sofía y la llevó hacia un ascensor antiguo que se encontraba al final del pasillo. "Este ascensor te llevará directo a donde están tus padres", dijo la anciana mientras pulsaba el botón del elevador. El ascensor empezó a moverse lentamente hacia arriba.

Sofía miraba por la ventana del elevador y vio cómo las puertas de los pisos se abrían y cerraban rápidamente mientras subían. Cuando llegaron al piso correcto, la anciana condujo a Sofía hasta donde sus padres estaban esperando ansiosamente por ella.

"¡Gracias por ayudarme!", exclamó Sofía mientras abrazaba fuertemente a su madre. "¿Cómo supiste dónde encontrarla?", preguntó su padre sorprendido ante la aparición de la anciana misteriosa. La anciana sonrió dulcemente antes de responder: "A veces uno tiene que perderse para encontrar el camino correcto.

Pero siempre hay alguien dispuesto a ayudar". Sofía aprendió una lección importante ese día: que no importa cuán perdidos nos sintamos, siempre habrá alguien dispuesto a guiarnos en la dirección correcta.

Y aunque el camino pueda parecer interminable, nunca debemos perder la esperanza de encontrar nuestro camino de regreso a casa.

FIN.

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