El camino del arte



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Katherine. Ella vivía junto a sus padres y su hermana en una casa acogedora donde reinaba el amor y el respeto.

Desde muy pequeña, Katherine se preguntaba cuál era su propósito en la vida. Observaba a las personas a su alrededor: algunos eran médicos que curaban enfermos, otros eran artistas que pintaban cuadros hermosos, y también estaban los maestros que enseñaban a los niños.

Pero ella no sabía qué quería ser o hacer cuando fuera grande. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Katherine se encontró con un búho sabio llamado Don Sabidurio.

El búho notó la tristeza en los ojos de la niña y le preguntó qué le pasaba. Katherine, con voz temblorosa, le confesó su preocupación por no saber cuál era su camino en la vida.

"Querida Katherine", dijo el búho con calma, "el camino hacia tu propósito es único y especial para ti. No te compares con los demás, escucha a tu corazón y descubrirás lo que te hace feliz".

Impulsada por las palabras de Don Sabidurio, Katherine decidió explorar diferentes actividades para encontrar aquello que le apasionara. Probó la jardinería, la cocina e incluso la carpintería; pero nada parecía llenar ese vacío en su interior.

Una tarde, mientras ayudaba a cuidar el jardín de su abuela, Katherine vio cómo una mariposa luchaba por salir de su capullo. Se quedó hipnotizada por el proceso de transformación y sintió algo especial en su corazón.

Fue entonces cuando comprendió que al igual que la mariposa necesitaba tiempo para crecer y florecer, ella también estaba en constante evolución. Su propósito no era algo estático; era un viaje de autodescubrimiento y aprendizaje continuo.

Con esta revelación en mente, Katherine decidió disfrutar cada momento presente y aprender de todas las experiencias que la vida le ofreciera. Se dio cuenta de que no tenía que tenerlo todo resuelto desde el principio; lo importante era seguir adelante con valentía y determinación.

Con el paso del tiempo, Katherine descubrió su pasión por ayudar a los demás a través del arte y la creatividad. Se convirtió en una talentosa artista plástica que inspiraba a otros con sus obras llenas de color y emoción.

Y así, gracias a su perseverancia y amor por lo que hacía, Katherine encontró finalmente su razón de ser: compartir su luz interior con el mundo y hacerlo un lugar más hermoso para todos.

Desde entonces, cada vez que miraba al cielo estrellado por las noches recordaba las palabras del sabio búho: "Tu propósito es como una estrella brillante dentro de ti; solo tienes que dejarla guiar tu camino". Y así lo hizo siempre.

FIN.

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