El camino del futbolista



Había una vez un niño llamado Juan que vivía en un pequeño pueblo en Argentina. Desde muy pequeño, Juan soñaba con ser un gran futbolista y jugar en el equipo de su país.

Todos los días después de la escuela, corría al campo de fútbol del pueblo para practicar tiros a gol y regates. Un día, mientras Juan entrenaba solo en el campo, se le acercó un anciano sabio que solía observarlo desde lejos.

El anciano le dijo: "Juan, veo tu pasión por el fútbol y sé que tienes un gran talento. Pero recuerda que para lograr tus sueños necesitas dedicación, esfuerzo y trabajo duro".

Juan asintió con determinación y decidió seguir el consejo del anciano sabio. Comenzó a entrenar aún más duro, practicando cada día después de la escuela hasta que el sol se ponía. Se esforzaba por mejorar sus habilidades técnicas y físicas, siempre recordando las palabras del anciano.

Un día, mientras Juan jugaba un partido amistoso con sus amigos en el pueblo, llegó un cazatalentos de un club importante de la ciudad. Quedó impresionado por las habilidades de Juan y lo invitó a hacer una prueba en el club.

Juan no podía creerlo, ¡su sueño estaba a punto de hacerse realidad! Se preparó con todo su empeño para la prueba, recordando cada consejo del anciano sabio y poniendo todo su corazón en cada paso que daba en la cancha.

"-¡Vamos Juan! ¡Tú puedes hacerlo!", gritaban sus amigos desde las gradas mientras él demostraba todo su potencial ante los ojeadores del club. Finalmente, llegó el momento decisivo.

Los ojeadores anunciaron que habían quedado impresionados por las habilidades de Juan y lo seleccionaron para formar parte de las divisiones inferiores del club. Juan no podía contener la emoción y agradeció al anciano sabio por haberle enseñado el valor del esfuerzo y la dedicación.

A partir de ese día, se comprometió a seguir trabajando duro para alcanzar su sueño de convertirse en un gran futbolista. Y así fue como Juan dejó atrás aquel pequeño pueblo para embarcarse en una emocionante aventura llena de desafíos y oportunidades inesperadas.

Pero sin importar lo que encontrara en su camino, siempre recordaría las palabras del anciano sabio: "El verdadero éxito viene para aquellos que nunca renuncian a sus sueños".

FIN.

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