El Camino Estelar



El misterio de las estrellas perdidasHabía una vez, en un pequeño pueblo llamado Estrellaville, un grupo de amigos muy curiosos: Lucas, Sofía y Mateo.

Un día, mientras jugaban en el patio trasero de la casa de Lucas, vieron algo increíble en el cielo nocturno: ¡un camino de estrellas brillantes que guiaba hacia algún lugar desconocido! - ¡Miren! -exclamó Sofía emocionada-.

¡Las estrellas nos están invitando a una aventura! Lucas y Mateo miraron hacia arriba y vieron cómo las estrellas parecían moverse formando un camino luminoso. - ¿Qué creen que haya al final del camino? -preguntó Mateo con intriga. Sin pensarlo dos veces, los tres amigos se tomaron de la mano y comenzaron a seguir el camino de estrellas.

Caminaron por bosques oscuros y cruzaron ríos caudalosos hasta llegar a un claro donde encontraron a una viejecita muy sabia llamada Doña Luna. - Buenos días, jóvenes aventureros -saludó Doña Luna con una sonrisa amable-.

Veo que han seguido el camino de las estrellas. ¿En qué puedo ayudarlos? - Queremos saber qué hay al final del camino -respondió Lucas emocionado.

Doña Luna les explicó que al final del camino se encontraba la Fuente Mágica donde nacían todas las estrellas del universo. Pero también les advirtió sobre los peligros que podrían encontrar en su travesía. Decididos a continuar su aventura, los amigos siguieron el consejo de Doña Luna y emprendieron su viaje hacia la Fuente Mágica.

En su camino, se encontraron con varios desafíos: un puente roto que tuvieron que cruzar con cuidado y un laberinto oscuro en el que se perdieron por un tiempo. - No podemos rendirnos -dijo Sofía con valentía-.

Tenemos que seguir adelante. Finalmente, después de superar todos los obstáculos, llegaron a la cima de una montaña donde vieron una fuente resplandeciente rodeada de estrellas danzantes. - ¡Lo logramos! -exclamó Mateo emocionado-.

¡Estamos en la Fuente Mágica! En ese momento, las estrellas comenzaron a hablar y les contaron a los amigos sobre su misión en el universo: iluminar los sueños y esperanzas de todas las personas.

Pero también les confesaron que habían perdido parte de su brillo debido a las preocupaciones y tristezas del mundo. Los tres amigos se miraron entre sí y supieron qué debían hacer. Se tomaron de las manos y cerrando sus ojos, enviaron todo su amor y alegría hacia las estrellas.

Poco a poco, el brillo fue regresando a cada una de ellas hasta que brillaban como nunca antes. Con lágrimas de felicidad en sus ojos, Lucas, Sofía y Mateo sabían que habían cumplido su misión.

Habían ayudado a devolver la luz al universo entero. Regresaron al pueblo como héroes recibiendo el aplauso y reconocimiento de todos.

Y desde aquel día, cada noche salen al patio trasero para mirar al cielo lleno de estrellas brillantes recordando la maravillosa aventura que vivieron y la importancia de mantener vivo el brillo en sus corazones. Y así, los tres amigos aprendieron que, aunque parezca oscuro y difícil a veces, siempre hay una luz brillando en algún lugar esperando ser encontrada.

Solo hace falta valentía y amor para poder guiarla de regreso al mundo. .

FIN.

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