El camino hacia el éxito
Kiara era una niña muy talentosa, tenía un gran don para la música y la danza clásica. Sin embargo, había algo que no le gustaba tanto: hacer los deberes de la escuela y ayudar en las tareas del hogar.
Un día, mientras Kiara estaba cantando en su habitación, su madre entró y le recordó que tenía que hacer sus deberes antes de salir a jugar con Martina.
Kiara suspiró y se sentó en su escritorio para empezar a trabajar. Pero pronto se distrajo con el sonido de la música que venía desde afuera. Miró por la ventana y vio a Martina bailando en el jardín.
Kiara sintió una punzada de celos al ver lo bien que bailaba su amiga. -¡Hey! ¿Por qué no vienes a bailar conmigo? -dijo Martina al verla mirando por la ventana. -No puedo, tengo mucho trabajo -respondió Kiara desanimada.
Martina hizo una mueca de decepción pero luego dijo:-Bueno, entonces vamos a tomar un descanso juntas cuando termines tus tareas. Kiara asintió y volvió a concentrarse en sus deberes. Pero esta vez, algo había cambiado dentro de ella.
Se dio cuenta de que si quería ser tan buena como su amiga en el baile, también tenía que esforzarse más en otras áreas de su vida. Así que terminó rápidamente sus tareas escolares y luego ayudó a su madre con las tareas del hogar sin protestar.
Cuando finalmente salió al jardín para reunirse con Martina, se sentía orgullosa de sí misma por haber sido responsable. Mientras jugaban juntas, Martina notó lo feliz y satisfecha que se veía su amiga.
-¿Qué pasó? ¿Terminaste tus tareas? -Sí, pero también ayudé con las tareas del hogar. Me di cuenta de que si quiero ser buena en el baile, también tengo que ser responsable en otras áreas de mi vida. Martina sonrió y le dio un abrazo. -Eso es genial Kiara.
Si sigues así, no hay límites para lo que puedas lograr. Desde ese día en adelante, Kiara se esforzó por ser más responsable y trabajadora en todas las áreas de su vida.
Y gracias a eso, no solo mejoró como bailarina sino también como estudiante y hija cariñosa.
FIN.