El camino hacia la escuela



En un barrio humilde vivía Angelito, un niño risueño y curioso que jugaba con sus amigos Miguelito y María. Aunque eran muy unidos, la vida en el barrio no era fácil. Sus casitas de chapa y madera eran sencillas, y muchas veces faltaba el dinero para comprar lo necesario. Pero lo que más les preocupaba era la distancia que debían recorrer para llegar al colegio, ya que vivían muy lejos.

Una mañana, mientras caminaban hacia la escuela, Miguelito propuso: '¡Deberíamos buscar una solución para llegar más rápido a la escuela!'

'¡Sí! ¡Pero no tenemos dinero para tomar un colectivo todos los días!', replicó María.

Angelito, con una chispa de entusiasmo en los ojos, exclamó: '¡Ya sé! Hagamos una colecta de tapitas de plástico y cartón. Así podríamos venderlas y ganar dinero para comprar bicicletas'.

Con enorme ilusión, los tres amigos comenzaron a recolectar tapitas. Cada vez que encontraban una, la guardaban en una bolsa. Parecía una idea loca, pero trabajar juntos les ayudaba a sentirse más cerca de su meta.

Después de muchos meses de esfuerzo, finalmente lograron vender las tapitas y compraron tres bicicletas viejas. Aunque necesitaban arreglos, estaban felices con su adquisición. El abuelo de Miguelito, un amante de las bicicletas, se ofreció a ayudarlos a repararlas. Con paciencia y cariño, enseñó a los niños a cuidar y acondicionar las bicicletas.

Cuando el día de estrenarlas llegó, los amigos estaban emocionados. Salieron a la calle y se dieron cuenta de que, ¡por fin, podrían llegar a tiempo al colegio!

Pero, para su sorpresa, notaron que otros niños del barrio tampoco podían ir a la escuela por la distancia y la falta de medios de transporte. Esto entristeció a Angelito, quien propuso: '¿Y si organizamos una colaboración para que todos los niños del barrio puedan ir a la escuela en bicicleta?'.

Los niños aceptaron entusiasmados. Comenzaron a recolectar bicicletas que ya no se usaban, y con ayuda de los vecinos, las arreglaron y las pusieron a punto. Finalmente, crearon un sistema de rotación para que todos los niños tuvieran la oportunidad de usarlas.

Gracias a su esfuerzo y generosidad, los niños del barrio pudieron superar los obstáculos que les impedían ir a la escuela. Angelito, Miguelito y María aprendieron que el trabajo en equipo, la solidaridad y la perseverancia pueden cambiar la realidad de quienes los rodean.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!