El camino hacia la felicidad
Había una vez un señor llamado Don Pedro, quien se encontraba en una situación económica muy difícil. No tenía dinero para pagar sus deudas y no sabía qué hacer.
Desesperado, decidió vender su alma al diablo a cambio de riquezas y prosperidad. El diablo apareció ante Don Pedro con una sonrisa malévola en su rostro y aceptó el trato.
Le otorgó a Don Pedro grandes riquezas y éxito en los negocios, pero a cambio le impuso una condición: debía cumplir ciertas tareas malignas cada año. Sin embargo, con el paso del tiempo, Don Pedro comenzó a arrepentirse de haber vendido su alma al diablo.
Se dio cuenta de que la felicidad verdadera no se encuentra en la riqueza material, sino en las cosas simples de la vida como el amor, la amistad y la bondad. Un día, cuando estaba realizando una de las tareas impuestas por el diablo, algo inesperado ocurrió.
Un niño llamado Mateo se cruzó en su camino y lo miró fijamente con sus ojos llenos de inocencia. "Señor, ¿por qué está haciendo cosas malas?", preguntó Mateo con curiosidad.
Don Pedro quedó sorprendido por la pregunta del niño y sintió un fuerte remordimiento dentro de él. Comenzó a darse cuenta de que había perdido el rumbo en su vida y que necesitaba rectificar sus acciones.
"Pequeño amigo", respondió Don Pedro con tristeza, "he cometido errores terribles por buscar riquezas materiales sin pensar en las consecuencias". Mateo escuchaba atentamente las palabras de Don Pedro y, con su inocencia y sabiduría infantil, le ofreció una solución.
"Señor, si te arrepientes de lo que has hecho y te esfuerzas por ser una mejor persona, estoy seguro de que podrás cambiar tu destino". Don Pedro se sintió inspirado por las palabras del niño y decidió tomar el control de su vida.
Comenzó a hacer buenas acciones y a ayudar a los demás en lugar de seguir las órdenes malignas del diablo. El diablo, al ver el cambio en Don Pedro, se enfureció. Intentó detenerlo enviando obstáculos en su camino, pero Don Pedro no se rindió.
Con cada desafío que enfrentaba, encontraba la fuerza para superarlo gracias al apoyo de Mateo. Finalmente, después de mucho esfuerzo y determinación, Don Pedro logró deshacerse del pacto con el diablo. El malvado ser desapareció en un torbellino oscuro mientras lanzaba maldiciones vacías al aire.
Don Pedro aprendió una valiosa lección: la verdadera felicidad radica en vivir una vida honesta y llena de amor hacia los demás.
Agradecido por todo lo que había aprendido junto a Mateo, decidió convertirse en un mentor para otros que habían caído en situaciones similares. Con el tiempo, Don Pedro logró reconstruir su vida. Se convirtió en un hombre exitoso no solo económicamente sino también emocionalmente.
Ayudó a muchas personas a encontrar el camino correcto e inspiró cambios positivos en sus vidas. Y así termina nuestra historia queridos niños: con la enseñanza de que siempre hay una oportunidad para rectificar nuestros errores y encontrar la felicidad en el camino correcto.
Nunca olviden que cada uno tiene el poder de cambiar su destino y hacer del mundo un lugar mejor.
FIN.