El camino hacia la libertad


Peres se encontraba en una situación muy extraña. Había subido las escaleras de la escuela por horas y no parecía haber fin a su camino.

Además, sentía que algo extraño estaba sucediendo, como si alguien o algo estuviera impidiéndole avanzar. De repente, Peres escuchó un ruido detrás de ella y se dio vuelta para ver qué era. Para su sorpresa, vio a un pequeño ratón gris corriendo hacia ella. - ¡Hola! -dijo el ratón-.

¿Qué haces aquí? - Estoy tratando de encontrar mi camino fuera de estas escaleras interminables -respondió Peres con tristeza-. Pero parece que nunca voy a salir. El ratón asintió comprensivamente. -Sí, es difícil escapar cuando te sientes atrapado.

Pero no te preocupes, puedo ayudarte. Peres se sintió aliviada al saber que alguien estaba allí para ayudarla.

Juntos continuaron subiendo las escaleras hasta llegar a un punto donde había tres caminos diferentes: uno a la izquierda, otro al centro y el último a la derecha. - Ahora tienes que elegir cuál camino tomar -dijo el ratón-. Cada uno lleva en una dirección diferente y sólo uno te llevará afuera. Peres miró los tres caminos con incertidumbre.

No sabía cuál tomar ya que todos parecían iguales. - No sé qué hacer -dijo Peres desanimada-. ¿Cómo puedo elegir? El ratón sonrió amablemente. -Sólo necesitas confiar en ti misma.

Sigue tu corazón y sabrás cuál camino es el correcto para ti. Peres pensó en las palabras del ratón y decidió ir por el camino de la izquierda. Continuaron caminando hasta que llegaron a una pequeña habitación con una puerta cerrada.

- Esta es la última prueba antes de salir -dijo el ratón-. Detrás de esa puerta está la salida, pero primero debes responder una pregunta. Peres sintió un poco de miedo, pero estaba decidida a salir de esas escaleras interminables.

Abrió la puerta y encontró al otro lado un anciano sabio sentado en un trono. - Bienvenida, Peres -dijo el anciano-.

Para salir de estas escaleras debes responder esta pregunta: ¿Qué es lo más importante en la vida? Peres pensó profundamente en su respuesta. Recordó todo lo que había aprendido a lo largo de su vida y finalmente dijo:- Lo más importante en la vida es amar y ser amado. Dar amor a los demás y recibirlo también.

El anciano sonrió satisfecho. -Muy bien dicho, Peres. Has pasado todas las pruebas. Ahora puedes salir libremente. Peres salió corriendo hacia la luz del sol afuera del edificio escolar y se sintió tan feliz como nunca antes había estado.

Se dio cuenta que había sido capaz de superar sus miedos gracias al apoyo del ratón valiente y sabio, quien le enseñó que siempre hay esperanza si uno sigue su corazón con confianza.

Desde ese día, Peres supo que podía enfrentarse a cualquier reto que se le presentara en la vida, porque ella tenía dentro de sí misma el valor para seguir adelante sin importar cuán difícil fuera el camino por recorrer.

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