El camino hacia la libertad



Había una vez en un antiguo Egipto, un dios llamado Anu, conocido por su gran bondad. Anu se preocupaba profundamente por los seres humanos, especialmente por aquellos que vivían en la opresión como esclavos. Un día, mientras paseaba por la tierra, vio a un grupo de esclavos trabajando en un campo bajo el calor abrasador del sol. Sus corazones latían con tristeza y desesperanza.

"¿Por qué están tan tristes?" - preguntó Anu con una voz suave.

Los esclavos se miraron entre ellos con asombro. No podían creer que un dios estuviera hablando con ellos. Uno de ellos, llamado Khepri, se armó de valor y respondió:

"Estamos atrapados en este trabajo sin fin. Nos tratan como si no fuéramos humanos. El camino hacia la libertad parece imposible de recorrer."

Anu, conmovido por las palabras de Khepri, decidió que era hora de cambiar las cosas.

"¿Quieren que los ayude a encontrar la libertad?" - preguntó Anu.

Los esclavos se miraron con esperanza y Khepri asintió.

"Sí, por favor. Solo queremos ser libres para vivir nuestras vidas como deseamos."

Anu levantó su mano y una brillante luz rodeó su figura.

"Juntos, construiremos un camino hacia la libertad. Pero primero, deberán aprender a unirse y apoyarse unos a otros. ¡La unión es muy poderosa!"

Con esas palabras, Anu comenzó a guiar a los esclavos. Les enseñó a trabajar juntos en equipo en lugar de estar divididos. Comenzaron a construir un hermoso jardín en el campo donde trabajaban, rodeado de flores y árboles frutales.

"Miren lo que pueden hacer cuando se unen y se ayudan mutuamente!" - les dijo Anu.

Sin embargo, había un obstáculo: el capataz, un hombre cruel que no quería que los esclavos fueran felices. Cuando vio el jardín, se enfureció.

"¡Esto es inaceptable! No pueden tener cosas bellas, deben trabajar sin parar. ¡Los haré sufrir más!"

Los esclavos sintieron miedo, pero Anu les dijo:

"No dejen que el miedo los detenga. Recuerden la unión, recuerden el jardín y todo lo que han construido juntos. Si siguen trabajando juntos, podrán superar cualquier obstáculo".

Motivados por las palabras de Anu, los esclavos se unieron aún más. Cada vez que el capataz intentaba hacerles daño, ellos compartían historias de su jardín, de la fuerza de su unión, y de cómo florecían juntos.

Un día, Khepri tuvo una brillante idea.

"¡Anu! ¿Y si hacemos un mural en el jardín que represente nuestra lucha y esperanza?"

"¡Es una fantástica idea!" - respondió Anu con entusiasmo.

Así que, juntos comenzaron a pintar un mural en el jardín, lleno de colores y símbolos que representaban su historia y su deseo de libertad.

Cuando el capataz vio el mural, se sintió aún más furioso y decidió destruirlo. Sin embargo, la unidad de los esclavos formó una barrera alrededor del mural.

"¡No lo permitirás! ¡Lucharemos por lo que hemos creado!" - proclamaron.

El capataz, asombrado por la valentía y la unión de los esclavos, se dio cuenta de que había subestimado su espíritu. Fue entonces que un giro inesperado sucedió: el capataz decidió irse y anunció que no quería más problemas.

"¡Estoy cansado! Hagan lo que quieran, ya no me interesan!"

Los esclavos se miraron boquiabiertos. Anu sonrió, sabiendo que al final habían pasado la prueba.

"La verdadera libertad viene de dentro. Cuando se unen, nadie puede detenerlos. Ahora que son libres, celebremos juntos!"

Con mucho entusiasmo, los esclavos organizaron una gran fiesta en el jardín. Bailaron, cantaron y compartieron historias sobre cómo habían ganado su libertad.

A partir de ese día, el jardín se convirtió en un símbolo de unidad y esperanza. Anu siguió cuidando de ellos desde lejos, recordándoles que siempre que se unieran en amor y apoyo, podrían superar cualquier adversidad. Y así, los antiguos esclavos vivieron felices, siempre recordando el poder de la unión y la bondad de su dios.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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