El camino sorpresa


Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires, y Caty estaba emocionada por comenzar un nuevo día en el colegio.

Pero esta vez, algo era diferente: su mamá había tenido que viajar por trabajo, y no estaría allí para llevarla al colegio como siempre lo hacía. Caty se sentía un poco triste, pero sabía que podía contar con su papá Luis para ayudarla. Así que, juntos se prepararon para salir rumbo al colegio.

Mientras caminaban hacia la escuela, Luis notó que Caty estaba callada y pensativa. "¿Estás bien hija?", le preguntó. "Sí papá", respondió ella con una voz baja. "Solo extraño a mamá".

Luis entendió cómo se sentía su hija y decidió hacer algo especial para animarla. Decidió cambiar la ruta habitual del camino hacia el colegio y llevarla por el parque. "Mira Caty", dijo Luis señalando hacia los árboles y las flores del parque.

"¿No es hermoso? Veamos quién encuentra más flores bonitas mientras caminamos". Caty sonrió inmediatamente ante la idea de jugar con su papá mientras iban al colegio. Juntos comenzaron a buscar flores raras e interesantes, riendo y charlando sobre todo lo que veían.

Pero cuando llegaron al final del parque, descubrieron un pequeño problema: habían perdido la noción del tiempo jugando y charlando tanto tiempo. Ahora estaban corriendo tarde para llegar a la escuela. "Oh no!", exclamó Luis preocupado.

"¡Vamos a tener que correr si queremos llegar a tiempo!""¡No te preocupes papá!", dijo Caty con una sonrisa. "Siempre llegamos temprano, pero hoy vamos a tener una aventura diferente". Y así fue.

Juntos comenzaron a correr hacia la escuela, riendo y gritando mientras pasaban por las calles de la ciudad. Caty se sentía feliz y emocionada de estar compartiendo ese momento especial con su papá. Finalmente, llegaron justo a tiempo para el comienzo de las clases.

Caty se despidió de su papá con un abrazo fuerte y un beso en la mejilla antes de entrar al colegio.

Ese día, Caty aprendió que no importa lo que pase en la vida, siempre puede contar con el amor y compañía de su familia para superar cualquier obstáculo. Y Luis aprendió que los momentos especiales pueden ocurrir cuando menos los esperas.

Desde entonces, cada vez que tienen un momento difícil o triste, Luis y Caty recuerdan aquella aventura rumbo al colegio como un recordatorio del poder del amor y la compañía en sus vidas.

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