El camionero solidario


Había una vez en un lejano pueblo llamado Villa Frutal, un hombre llamado Jhonny que manejaba un enorme tráiler por los caminos polvorientos. Jhonny era conocido por su egoísmo y nunca ayudaba a nadie sin esperar algo a cambio.

Un día, Jhonny llegó a Villa Frutal en busca de combustible para su tráiler. La gente del pueblo, al verlo llegar con su gran vehículo, decidió tenderle una mano y ofrecerle ayuda.

"¡Hola, forastero! ¿En qué podemos ayudarte?" -dijo amablemente Marta, la dueña de la tienda de comestibles. Jhonny miró a su alrededor y vio los hermosos árboles frutales que adornaban el pueblo.

La gente le explicó que Villa Frutal era famoso por sus deliciosas frutas y que podrían darle algunas si necesitaba alimentarse en su viaje. "No necesito sus frutas, solo quiero combustible para mi tráiler", respondió Jhonny secamente.

A pesar de la actitud grosera de Jhonny, los habitantes del pueblo decidieron ayudarlo de todas formas. Lo llevaron a la estación de servicio más cercana y se aseguraron de que tuviera todo lo que necesitaba para continuar su camino. Pero algo inesperado ocurrió esa noche.

Una fuerte tormenta azotó Villa Frutal y derribó muchos árboles frutales, dejando al pueblo sin su principal fuente de alimento y sustento. Al día siguiente, cuando Jhonny se preparaba para partir, vio la devastación causada por la tormenta.

La gente del pueblo estaba trabajando arduamente para limpiar y reconstruir lo que habían perdido. Jhonny reflexionó sobre sus acciones egoístas y decidió hacer algo bueno por primera vez en mucho tiempo. Se acercó a Marta y le dijo:"Perdón por mi actitud anterior.

Quiero ayudarlos a reconstruir sus árboles frutales. "Marta, sorprendida por el cambio repentino en Jhonny, aceptó su ayuda. Juntos plantaron nuevos árboles frutales y cuidaron de ellos con esmero.

Con el tiempo, los árboles crecieron fuertes y sanos gracias al trabajo en equipo de Jhonny y los habitantes de Villa Frutal. El pueblo volvió a florecer con deliciosas frutas que compartían entre todos. Jhonny aprendió una valiosa lección sobre la importancia de ser generoso y solidario con los demás.

Desde ese día en adelante, cambió su actitud egoísta y se convirtió en un miembro apreciado de la comunidad. Y colorín colorado este cuento solidario ha terminado.

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