El Campamento de las Amistades



Había una vez cinco amigas que eran inseparables. Nicole, Rebeca, Jasmin, Oli.l y Oli.b eran su nombre, y juntas vivían aventuras que las llevaban a descubrir la magia de la amistad.

Un día, decidieron ir a un campamento en el bosque. Al llegar, el entusiasmo era palpable. Montaron sus carpas y, aunque estaban un poco asustadas de la oscuridad de la noche, se prepararon su primera cena juntas. Al terminar de cenar, se sentaron alrededor de una fogata y comenzaron a contar historias.

"- ¡¿Y si contamos historias de fantasmas? !", propuso Jasmin con una sonrisa traviesa.

"- ¡Dale! Pero que no sean muy tenebrosas, por favor!", dijo Nicole, con un poco de miedo en su voz.

Las chicas se turnaron para contar sus historias, y aunque algunas eran espeluznantes, lo importante era reír juntas al final de cada relato.

Al día siguiente, se despertaron emocionadas por el desayuno. "- Voy a hacer los pancakes, ¡sólo tengo que encontrar la harina!", exclamó Oli.l. Todas corrieron a ayudarla a buscar. Mientras buscaban, se dieron cuenta de que la harina no estaba en la cabaña.

"- ¿Qué haremos sin harina?", preguntó Rebeca, sintiéndose un poco preocupada.

"- También podemos hacer tostadas con mermelada", sugirió Oli.b, que siempre tenía ideas creativas. Las amigas estuvieron de acuerdo y empezaron a improvisar.

"- ¡Vamos a hacer la mejor tostada del mundo!", dijo Jasmin riendo. La combinación de risas y trabajo en equipo hizo que la cocina se llenara de alegría. Cuando finalmente se sentaron a desayunar, la mesa estaba cubierta de tostadas de mermelada de distintos sabores. Cada una había elegido su favorito y las compartieron entre ellas.

"- ¡Esto es delicioso!", exclamó Nicole mientras daba un bocado a su tostada de frutilla.

"- Sí, y es aún más rico porque lo hicimos juntas", agregó Rebeca. Todos estaban de acuerdo en que no importaba si no lograron hacer los pancakes; lo que realmente importaba era el tiempo compartido.

Después del desayuno, decidieron explorar el bosque. Mientras caminaban, encontraron un lago encantador. Era un lugar soñado, con agua cristalina y rodeado de árboles. "- ¡Miren esto!" dijo Jasmin, emocionada.

"- ¡Vamos a jugar!", propuso Oli.b. Y así, comenzaron a refrescarse y a reír en el agua.

Pero de repente, escucharon un fuerte ruido. "- ¿Qué fue eso?", preguntó Rebeca con los ojos abiertos de par en par. Decidieron investigar juntas y se adentraron en la selva.

Por un momento, se sintieron un poco asustadas, pero al mismo tiempo emocionadas.

"- Nos tenemos que mantener unidas", dijo Nicole, recordando la importancia de la amistad. Pronto, descubrieron que el ruido venía de un grupo de animales que estaban jugando entre ellos. Era un grupo de ciervos que saltaban felices.

"- ¡Mirá qué lindo!", gritó Oli.l feliz. En ese momento, todas se dieron cuenta de que las aventuras pueden traer sorpresas maravillosas, y la naturaleza puede ser tan asombrosa como cualquier historia de fantasmas.

De regreso al campamento, las cinco amigas se miraron y sonrieron. "- ¡Este fue el mejor día!", dijo Jasmin.

"- Sí, y lo mejor es que tuvimos todo este tiempo juntas", agregó Rebeca.

La experiencia en el campamento les enseñó que, aunque las cosas no salieran como lo esperaban, el verdadero valor estaba en la amistad y en disfrutar los momentos juntas.

Y así, las cinco amigas se hicieron la promesa de que, sin importar cuántas aventuras les esperaran en el futuro, siempre estarían juntas para enfrentarlas. En el fondo, sabían que la amistad era el ingrediente más importante de todas sus historias, y que siempre podrían contar las unas con las otras, en el campamento y más allá.

Y colorín colorado, este campamento se ha acabado, pero las aventuras de las amigas nunca tendrán fin.

FIN.

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