El campeón inesperado

Había una vez un chico llamado Miguel Ángel que vivía en Tandil.

Era un niño muy alegre y activo, pero tenía una discapacidad en su pierna izquierda que le impedía correr y jugar al fútbol como lo hacían todos sus amigos. Un día, mientras veía a sus amigos jugar al fútbol en el parque, se sintió triste porque no podía participar con ellos.

Pero entonces, escuchó la voz de su abuelo diciéndole: "Miguel Ángel, nunca te rindas ante los obstáculos. Siempre hay una manera de superarlos". A partir de ese momento, Miguel Ángel decidió buscar la manera de jugar al fútbol y demostrarle a todos que podía hacerlo.

Fue entonces cuando se acercó a uno de los entrenadores del equipo local y le preguntó si había alguna forma en la que pudiera participar. El entrenador lo miró con sorpresa e interés y le propuso formar un equipo para niños con discapacidades físicas.

Miguel Ángel aceptó emocionado y empezaron a entrenarse juntos todas las semanas. A pesar de las dificultades iniciales, poco a poco fue mejorando su técnica y aprendiendo nuevas habilidades. Un día llegó el gran partido contra otro equipo local.

Todos estaban nerviosos por cómo les iría en el partido, pero Miguel Ángel estaba feliz por poder jugar con sus compañeros. El partido comenzó y ambos equipos dieron lo mejor de sí mismos.

Pero fue gracias al esfuerzo incansable de Miguel Ángel que finalmente lograron marcar el gol ganador. Todos celebraron y se abrazaron emocionados. Miguel Ángel sintió una gran satisfacción al demostrarles a todos que, con perseverancia y determinación, cualquier obstáculo puede ser superado.

A partir de ese día, el equipo de fútbol para niños con discapacidades físicas se convirtió en un éxito rotundo. Y Miguel Ángel se convirtió en un verdadero héroe para sus amigos y compañeros.

Desde entonces, cada vez que alguien le preguntaba qué quería ser cuando fuera grande, él respondía sin dudar: "Quiero seguir jugando al fútbol y enseñarle a otros niños como yo a no rendirse ante los obstáculos".