El Campeonato Improvisado de Kitesurf de Fernando


Fernando estaba en su habitación, con su traje de neopreno puesto y su tabla de kitesurf lista para salir. Él había estado esperando todo el día para ir a practicar y finalmente se sentía preparado.

Pero justo cuando iba a salir, sonó el teléfono. - ¡Hola! -dijo Fernando al responder la llamada. - Hola Fernando, soy tu tío Juan. ¿Cómo estás? - Hola tío Juan, estoy bien gracias.

¿Y tú? - Estoy bien también, gracias por preguntar. Oye, te llamaba porque necesito que me hagas un favor. Fernando suspiró resignado. Sabía que cuando alguien le pedía un —"favor" , significaba que no podría hacer lo que tenía planeado.

- Claro tío Juan, ¿en qué puedo ayudarte? - Verás, tengo una emergencia en mi tienda de deportes y necesito que vengas a ayudarme por unas horas hoy. Fernando frunció el ceño. No quería perder la oportunidad de ir a practicar kitesurf ese día.

- Lo siento mucho tío Juan pero hoy tenía planeado ir a practicar kitesurf... - Entiendo perfectamente hijo -interrumpió su tío-.

Pero piensa en esto: si vienes a ayudarme hoy podré darte un descuento especial en cualquier equipo que quieras comprar para tu deporte favorito. Fernando pensó en eso por un momento y luego decidió aceptar la oferta de su tío. - De acuerdo tío Juan, iré a tu tienda ahora mismo -dijo Fernando resignadamente mientras colgaba el teléfono.

Al llegar a la tienda deportiva de su tío, Fernando se sorprendió al ver que había un evento de kitesurf en el estacionamiento. Había muchas personas allí, algunas con trajes de neopreno y tablas de surf.

- ¿Qué está pasando aquí tío Juan? -preguntó Fernando curioso. - Es el primer campeonato local de kitesurf, ¡y tú estás a tiempo para participar! -dijo su tío emocionado mientras le entregaba una tabla y un traje de neopreno. Fernando no podía creerlo.

Él estaba muy emocionado por tener la oportunidad de competir en su deporte favorito y se puso rápidamente su equipo. La competencia fue intensa, pero Fernando demostró sus habilidades como nunca antes lo había hecho.

Saltaba alto en el aire y hacía giros increíbles con su tabla. Al final del día, Fernando ganó la competencia con facilidad. - ¡Eres un verdadero campeón hijo! -dijo su tío orgulloso mientras le entregaba el premio-.

Nunca pensé que tendrías tanto talento para este deporte. Fernando sonrió ampliamente mientras sostenía su trofeo en las manos. Sabía que nunca hubiera tenido esa oportunidad si no hubiera aceptado ayudar a su tío ese día.

Aprendió una valiosa lección: a veces las cosas no salen según lo planeado, pero siempre puede haber sorpresas maravillosas esperándonos si estamos abiertos a ellas.

Dirección del Cuentito copiada!