El campesino hijo de la naturaleza



En lo profundo de los Andes argentinos, vivía el viudo Puquio, un campesino que había heredado de sus ancestros el don de comprender y respetar los secretos de la madre tierra.

Junto a él, vivían sus dos hijas, Koyllur y Quilla, quienes habían aprendido de su padre el amor y la conexión con la naturaleza. En su pequeña comunidad, Puquio era conocido por sus extraordinarias cosechas de maíz, resultado de su sabiduría y respeto por la tierra.

Un día, una gran sequía azotó la región, poniendo en peligro las cosechas y la subsistencia de la comunidad.

Ante esta situación, Puquio decidió compartir su sabiduría con los demás campesinos, enseñándoles a estar en armonía con la naturaleza y a respetar el equilibrio del ecosistema. Con paciencia, Puquio y sus hijas ayudaron a sus vecinos a comprender los ciclos naturales, a cultivar de manera sostenible y a cuidar los recursos naturales.

Poco a poco, la comunidad empezó a recuperar su relación con la tierra, y con el trabajo conjunto lograron superar la sequía y disfrutar de abundantes cosechas.

La historia de Puquio y sus hijas se difundió por toda la región, inspirando a otros a conectar con la naturaleza y a aprender de sus ciclos.

La sabiduría de Puquio y sus enseñanzas sobre la importancia de cuidar y respetar la tierra se convirtieron en un legado para las generaciones venideras, guiando a la comunidad hacia un futuro sostenible y en armonía con la naturaleza.

FIN.

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