El Campo de las Flores Violetas y los Unicornios Mágicos



Había una vez, en un rincón del mundo donde el sol siempre brillaba y el cielo era más azul que el mate más dulce, un hermoso campo cubierto de flores violetas. Nadie sabía cómo había llegado ahí, pero sus habitantes, los animales del bosque, lo admiraban todos los días. Un buen día, mientras los pájaros cantaban y las mariposas danzaban, un grupo de unicornios apareció en el campo, haciendo resonar el suelo con su suave andar.

Los unicornios tenían un brillo especial en sus cuernos dorados y sus crines parecían hechas de luz. Su llegada generó gran alboroto. La ardilla Carla, la más curiosa de todas, fue la primera en acercarse.

"¿De dónde vienen?" - preguntó, mirando asombrada a los unicornios.

"Vemos que este campo es mágico. Hemos venido a cuidarlo y a compartir su belleza con todos" - respondió uno de los unicornios, que se presentaba como Lucía.

Los animales se miraron entre ellos, dudando de cómo podían ayudar a estos seres tan especiales. Entonces, el conejo Roco levantó la voz:

"Pero, ¿por qué necesitamos cuidarlo? Las flores están sanas y bellas. No entendemos..."

Lucía sonrió.

"Las cosas hermosas necesitan amor y cuidado, tal como ustedes lo necesitan para crecer y ser felices. ¿Sabían que el amor es la esencia de la magia? Sin amor, las flores podrían marchitarse y el campo perdería su encanto".

Los animales, intrigados, escucharon atentamente.

"¿Qué podemos hacer?" - preguntó la tortuga Violeta, sintiéndose asustada, ya que siempre había sido más lenta que el resto.

"Podemos trabajar juntos. Cada uno tiene un don especial. Ustedes pueden ayudar a cuidar el campo mientras nosotros compartimos nuestra magia," - dijo Lucía.

Los animales estaban emocionados. La ardilla Carla, veloz y ágil, fue elegida para recoger semillas de flores para plantar más. Roco, que era muy astuto, se encargó de buscar nuevos lugares donde podrían florecer. La tortuga Violeta, a pesar de su lentitud, ofreció su sabiduría.

Cada día, trabajaban juntos, y los unicornios se encargaban de regar las flores con su magia. Con el tiempo, el campo comenzó a parecer un auténtico paraíso. Las flores violetas se multiplicaron y comenzaron a crecer flores de múltiples colores.

Pero un día, algo inesperado sucedió. Una fuerte tormenta se desató, y el viento sopló con tanta fuerza que algunas flores comenzaron a caerse. Los unicornios y los animales se reunieron rápidamente.

"¡Debemos hacer algo!" - gritó Roco, asustado.

"No podemos dejar que todo nuestro trabajo se pierda" - dijo Carla, preocupada.

Lucía levantó su cuerno y, con un resplandor dulce, dijo:

"No se preocupen. La clave del amor es la unión. Tomemos nuestras manitas y formemos un círculo".

Así lo hicieron. Los unicornios unieron sus fuerzas mágicas mientras los animales se unieron con pasión. Encerrados en un brillante torbellino de color violeta, todos los seres vivos invocaron el poder del amor y la amistad.

La tormenta pareció amainar, y un arcoíris emergió entre las nubes. Las flores, fortaleciéndose mediante el amor que todos compartían, volvieron a crecer a su estado vibrante. Desde ese día, los unicornios no sólo cuidaron el campo, sino que también enseñaron a los animales el valor de un trabajo en equipo.

"Siempre que trabajen juntos y se apoyen mutuamente, nunca estarán solos" - les dijo Lucía al despedirse, ya que zurcían otros campos cercanos.

Ahora, cada vez que miran el campo de flores violetas, todos los animales recuerdan la magia que crearon juntos, y saben que el amor y la amistad son la verdadera esencia de la felicidad. El campo seguía floreciendo, y la risa llena de amor resonaba en el aire. Así fue como, gracias a un grupo de unicornios mágicos, el campo se convirtió en un lugar aún más especial, donde nadie jamás se sintió solo.

Y así, el campo de las flores violetas se volvió un hogar de magia, amor y amistad. Todos aprendieron que, trabajando juntos, podían crear algo maravilloso. Y así, la historia de los unicornios y el campo nunca se olvidó, sino que se contó de generación en generación.

FIN.

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